martes, 17 de junio de 2014

No fueron los buitres, los caranchos lo hicieron. Por Luis Thonis





 Por no tener cabeza
( versión cristinista del tango de Gardel)
Por un tal juez Griesa
toda esa locura
un buitre que besa
El Fondo protesta
Obama que pide, el Papa que reza
calman la amargura
 
Por un tal juez Griesa
viejo imperialista
soy una abogada exitosa
dejá el pari passu
comprate un marcapasos
si no es de prestado
para qué vivir

Basta de endeudarse
se acabó la timba
a los muchachos
ya no sé qué decir
un final reñido
no vuelvo a tener
pero si el Fondo se acuerda
de aquellos nobles tratos
y me tira una fija
aunque carta abierta`pida mi cabeza

yo me juego entera
qué le voy a hacer

Por un tal juez Griesa
maldito imperialista
un buitre que besa
ni siendo arquitecta egipcia
por no tener cabeza
pude zafar de ti



Lo peor para un liberal no es un peronista sino un libertario.
El libertario, que viene de la Revolución Francesa, el socialismo y diversa utopías es capaz de liberticidio y guillotinar la libertad. Apuntan también al sexo como las actuales feminazis que postulan una sexualidad absolutamente instrumental..
El peronista, como lo muestra el giro de Cristina, necesita de la libertad y del mercado para poder robar.
El liberal viene de las revoluciones inglesas y norteamericana pero el liberalismo es anterior a ellas.
Un liberal asustado se diluye en licuador del populismo.
Un libertario asustado es peor que un peronista contento.
Un liberal valiente sabe que hay una guerra de los mundos y hay que tomar partido
 


 
 


 No fueron los buitres, los caranchos lo hicieron.
La comparación de la próspera Hiroshima actual con Buenos Aires demuestra que la economía en manos de incompetentes y ladrones puede ser más devastadora que una bomba atómica. Los japoneses no tienen petróleo ni soja y están entre las primeras economías del mundo. Lo mismo que Israel, atacado masivamente desde su fundación por las dictaduras árabes. Sus economías, basadas en la invención tecnológica, se han adaptado al siglo XXI y no han sufrido sucesivos default ni hablado de fondos buitres.  
 La Argentina es un país que nunca ha tenido enemigos, salvo los que inventó a su medida la clase política- hoy casta- que ha embrutecido a un país con una ignorancia que coexiste con su pasión delictiva que es una bomba atómica en potencia. Ha pasado al acto demasiadas veces.  Hay que invertir el planteo nacionalista que suele hacerse: si este gobierno lleva el nivel de estafa hasta hacerle juicio a los jueces que fallan en favor de los jubilados esperando que mueran, cómo no va a estafar también a los acreedores externos a los que al principio se llamó y acudió como salvavidas. Estamos ante una casta política que desde los años setenta estafa a los de afuera y expropia a los de adentro a través de devaluaciones y licuaciones y trata patrimonios y fondos públicos como propios. Ella y sus amigos siempre salen ilesos y más ricos y todos se unen cuando como en el 2001 está en riesgo su supervivencia. Entonces elige diabolizar al mundo en vez de mirarse en su propio, patético espejo, aplaude un default y mira fascinada a los dictadores.
El concepto de “fondo buitre" es jurídicamente inexistente: no existe en ningún mercado del mundo, incluyendo a oriente y a países endeudados. Carlos Maslatón lo argumentó el pasado año, anticipando lo que iba a ocurrir. Es uno de los tantos desgraciados inventos argentinos victimizantes como el de “sinarquía internacional” de otras épocas para aludir a una oscura conspiración planetaria que ejerce el poder real bajo otro tipo de apariencia contra el país. La estanflación es otro fenómeno inédito en el mundo donde coexisten la inflación y la recesión  que se ha dado en otras décadas y reaparece hoy por tercer año en la economía. Habla de la mentalidad argentina y de un país que desconoce los contratos que firma: la Corte Suprema norteamericana, en octubre del año pasado, le dijo a Lorenzino que tenía que cumplir lo firmado y punto. Pero lo único que nuestra cultura conoce es el “arreglo”, como si el tenedor de un título público no tuviera derecho a cobrarlo. Nuestra comisiones hablaron con Griesa como si se tratara de un intendente mafioso del conurbano o de Oyarbide: arreglá, viejo, o no te pagamos. Griesa no entiende nuestra lengua mongo y su dialecto argento que tiene que ver con una concepción precapitalista de la usura que fue predicada por el fascismo. Es también una entrada para entender a la ideología argentina y sus costumbres que dado lugar a un capitalismo depredador y prebendario contra las mayorías y aplaudido por ellas que han sido educadas por décadas en una cultura que hasta hoy permanece intacta. En las relaciones sociales, el argentino acude a un amigo a que le preste plata, considerándolo un benefactor, pero ni bien esto acontece comienza a hacerse el distraido, tratando incluso de miserable a quien le prestó. En algunas circunstancias está justificado pero en la mayoría de los casos quien puede pagar no muestra ninguna voluntad de hacerlo. Es lo que las comisiones argentinas y sus abogados geniales hicieron ante el juez Griesa. Demostraron no sólo no saber inglés sino castellano para leer los contratos que se firmaron en 1994 cuando los K eran funcionarios menenistas. 
Argentina se sometió voluntariamente a una legislación extranjera y ni Néstor ni Cristina pidieron un cambio de juridicción entonces o protestaron al recibir los fondos en plena fiesta menemista. El contrato no  habla de  "buitres", dice con todas las letras que si hay un canje de deuda tiene que haber un ciento por ciento de aceptación, algo que siempre fue negado y los mismos acreedores que seguían litigando fueron borrados de las estadísticas. Kirchner en el 2005 consiguió un 75% y lo presentó como un triunfo. Colorín colorado, la deuda estaba paga, festejaban, mientras la seguían emitiendo. Que aprendan también a sumar: 75% no es cien, tampoco es el 93%.
La performatividad ocupó en centro de la escena: bastaba con denostar a los acreedores como buitres con ideología chapucera y ridícula, sin la menor noción de cómo funcionan los contratos en el capitalismo. Griesa demostró buena voluntad pero se hartó de estos caranchos que le expresaron su no voluntad de pagar. Son estas las verdaderas aves de rapiña que viven endeudando al país, matando impuestos a los que crean riqueza, emitiendo papel pintando a falta de inversiones, utilizando los préstamos para clientelismo político y llevándolos primero a su bolsillo y luego depositándolos en cuentas extranjeras. El canje de deuda de 2010 plantea serias preguntas acerca de si hubo tráfico de influencias respecto a los bonos defaulteados desde el dos mil cinco al dos mil nueve que permitió inmensas ganancias a quienes tuvieran información privilegiada según la denuncia de Claudio Lozano.
Los llamados fondos buitres se relacionan con la teoría del imperialismo que en un principio fue oligárquica: Figueroa Alcorta en el discurso del centenario de 1910 afirma que la Argentina practicará un "sano imperialismo" a diferencia del de Estados Unidos. En ese momento la balanza de pagos desbordaba de riqueza por el comercio con Inglaterra, pero ya comenzaba una hostilidad que luego constituiría la única base del pensamiento populista y de izquierda. Figueroa Alcorta se anticipa al libro de Lenin, El imperialismo etapa superior del capitalismo de 1914, donde explica que la riqueza de los países desarrollados se debe a que explotan a los subdesarrollados, algo que la historia de ha cansado de desmentir. Esta teoría se continúa en Los fundamentos del leninismo de Stalin para el cual el Emir de Afganistán es más progresista que un diputado laborista inglés y da lugar al tercermundismo. Cristina Kirchner fue una de las que aplaudió con frenesí el default argentino y luego a la visita de Fidel Castro al Congreso y después de más de diez años de mentiras nos entera que estamos sin haber avanzado paso. No son los fondos buitres sino los caranchos criollos que destruyen sistemáticamente la moneda, estafan al que vive del sueldo con la inflación que niegan, endeudan al país desapareciendo los fondos públicos y utilizándolos en función del clientelismo político  y quedándose con gran parte del vuelto. Las posiciones de Scioli y de Massa se asociaron al oficialismo y hubo apenas balbuceos de la oposición que en general se mostró unida al kirchnerismo, parte de la cual aceptó viajar a Nueva York aceptando el tono de epopeya galtierista del gobierno.  Lo que hay que pagar no es mucho en proporción al demencial gasto público. La oposición en los temas fundamentales no piensa muy diferente del kirchnerismo y en ella se hallan muchos integrantes de la Alianza que no han hecho la más mínima autocrítica. Lo mínimo que puede hacer la oposición es resistirse al default al que parece querer ir el comunista Kicillof, al que lo indigna el sólo hecho que se mencione la seguridad jurídica o se proponga un clima de negocios para el país. Los países prósperos se caracterizan por atraer y seducir la inversión, Kicillof las diaboliza y emite papel pintado. ¿Su ideal es Cuba, Venezuela o Zimbabwe? Un nuevo default sería catastrófico, los miles de pobres que dejaría tras de sí parecen no importarle a este nihilista con tal de seguir con su megalomanía estalino- populista.
Dicho en la lengua de Shakespeare: To be, or not to be, that is the question. Ahora o se paga los mil trescientos millones o se defaultea.  Esta sublime y patriótica epopeya no terminó siquiera en un sainete pero puede dar lugar a una de terror porque los caranchos son muy vivos y van hacer que lo pague Mongo. Pero vamos a ser nosotros los que paguemos, mientras nos juran que son inocentes palomas y proyectan subirse más el sueldo, multiplicar caranchos en la administración del estado para continuar su festiva rapiña y que el gobierno entrante esté atado de pies y manos si es que llega a ocurrírsele alguna idea, por ejemplo, que los caranchos que rapiñaron a gusto estas décadas respondan con sus patrimonios y devuelvan lo que se han robado. El domingo gana Argentina en el Mundial y volvemos a ser los mejores.

librospeligrosos 2.blogspot.com
 
La Corte Suprema norteamericana no desdice normalmente fallos previos cuando esos fallos han sido unánimes. Los fallos previos eran algo más que una espada de Damocles: claramente decían que la Argentina estaba en falta y que el mundo había sido excesivamente comprensivo y tolerante con una transgresión que se extendió por muchos años.

El punto de partida de la Corte norteamericana es el reconocimiento de derechos vulnerados. No es un punto de vista ético. No se vincula con un pensamiento religioso. Habla de derechos legalmente consagrados. Estos derechos legalmente consagrados son válidos para quienes, normalmente, en el libre juego del sistema financiero compran obligaciones con la natural expectativa de tener una ganancia. La Argentina se empalagó, como nos suele suceder hace tanto tiempo, mucho, con la idea de que solo eran “buitres”. La palabra “buitre”, usada hasta el hartazgo por todos los medios, inclusive por los independientes del Gobierno, que somos minoría, era engañosa y, además, sumamente peligrosa: porque el buitre es un ave depredatoria que se dedica a comer carroña. En verdad, la noción de “buitre” esconde el hecho de que, maliciosos o no, hábiles o no, oportunistas o no, estos fondos financieros compraron bonos argentinos, una deuda cuya obligatoriedad de pago había sido vulnerada. En consecuencia, la Corte Suprema norteamericana aplica el criterio según el cual todos tienen el mismo derecho, tanto el 93% que había aceptado el canje entre 2005 y 2010, como el 7% que dijo “o me dan todo o no acepto”.

La Argentina ha vivido, a lo largo de toda su historia contemporánea, pretendiendo que las formas son una etiqueta de cortesía, un protocolo que, en rigor de verdad, nada tiene que ver con la realidad profunda. Grave error: vivir burlándose de las formas implica una manera de vivir al margen del mundo.

Esta es la naturaleza del aislamiento argentino. Ese mundo, que naturalmente habla en torno de efectividades conducentes, durante largos años toleró de mala gana la prepotencia, altanería, y sobre todo negligencia culposa de un grupo gobernante que pensó que podía reírse eternamente de las obligaciones mundiales. El regreso al Club de París, por ejemplo, marca una derrota política que jamás fue aceptada por el Gobierno. Porque este es el Gobierno que desde 2003 en adelante se atrincheró en una palabra bien nacional: “minga”. La Argentina le decía “minga” al mundo, cuando en verdad no quería siquiera reconocer que el día que se proclamó en default, cuando terminaba diciembre de 2001, el pleno del Congreso Nacional se puso de pie aplaudiendo la mayor quiebra de la historia financiera internacional.
 Pepe Eliaschev

En la película de Orson Welles, El Tercer hombre- sobre la novela de Green- hay una tirada inolvidable que resume lo sucedido desde los griegos hasta Maquiavelo el Renacimiento y mares de sangre para llegar a la realización mayor de una civilización: el reloj Cucu. Hasta ahora había funcionado perfectamente pero después del partido contra Suiza hay una falla en el sistema: este terrorista urbano empujó un cubo de basura.Mientras todo el mundo está sordo y enceguecido por el Mundial los caranchos caseros siguen haciendo su labor depredatoria. Esto es el complemento a la ley Barra de 1975 llamada de "la inteligibilidad de la redistruibución del cocontratante particular" que da origen a la patria contratista y permite aumentar indefinidamente los sobreprecios. Por ahí desaparecen billones de pesos. Ahora se puede robar desde los dos lados del mostrador. A la Opa-sición les digo: no es la ideología, no es la moral, es a la jurisprudencia a la que hay que apuntar
 Mientras todo el mundo está sordo y enceguecido por el Mundial los caranchos caseros siguen haciendo su labor depredatoria. Esto es el complemento a la ley Barra de 1975 llamada de "la inteligibilidad de la redistruibución del cocontratante particular" que da origen a la patria contratista y permite aumentar indefinidamente los sobreprecios. Por ahí desaparecen billones de pesos. Ahora se puede robar desde los dos lados del mostrador. A la Opa-sición les digo: no es la ideología, no es la moral, es a la jurisprudencia a la que hay que apuntar
 "Para los republicanos todos los días son 4 de julio. Para los demócratas todos los días son 15 de abril." Ronald Reagan
 

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