jueves, 26 de septiembre de 2013

Naomi. Por Luis Thonis..



Esa chica senegalesa era impresionante, tipo Naomi Campbell. Y se llamaba así. 
Parecía alegrarse mucho, incluso excitarse al verme. Me regalaba la albura de sus dientes que emergían como brotando de una selva de tallos centenarios y leñosos.
Gasté buena parte de mi munición verbal diciéndole que estábamos condenados por el fuego y sólo por él seríamos redimidos, y me perdí en metáforas de noche y lujuria…la vi azorada luego de veinte minutos de exposición y, recordando que era un ser humano, le pregunté en franchute: ¿y a vos qué te interesa?
“Finances”, me dijo sobriamente. Trabajaba en una empresa y estaba en proceso de aprendizaje. Ah, je suis economiste, le respondí, constatando que no era la negra de Baudelaire que soñaba. Estábamos en un grupo y la carcajada sarcástica de mis amigos no me dejó referirme al euro. Siempre a la búsqueda de mujeres que me sedujeron en los libros pude encontrar a una Albertine pero con la negra no hubo caso: ¿se debería a eso mi obsesión por los crímenes en Africa?
Sabía más del Congo que ella que resultaba más occidental que yo y le gustaban bien blanquitos, sonrió, traviesa. Comencé entonces a fabular historias del Caribe. Si los niños ingleses jugaban a guerrear con los españoles, porqué los argentinos no podían jugar con los senegaleses. Tiene que haber confraternidad de fábulas y carnes entre los pueblos, seamos cosmopolitas. Asintió y la pinté como una reina del Caribe, yo era un pirata entre Francis Drake y Walter Raleigh que al verla hacía girar las naves para conquistarla a ella, mil veces más valiosa que El Dorado, no todo en el mundo es finances, observé. Ni bien la Reina se entera me hace capturar, me llevan a la Torre y condenan a muerte. Le pedía a la Reina que me corte la cabeza como caballero aunque mi conducta había sido peor que la de un pirata. No quiso hacer cuartos de mi, ahí descubrí que secretamente me amaba.
En la Corte de Isabel amar a alguien que no fuera ella era sacrílego y para colmo me había fichado luego de decapitar a su amante Leicester. Todo esto se lo contaba con mucho color, contradiciendo mi hostilidad por el realismo mágico, introduciendo pájaros americanos, desde el Quetzal sagrado de los mexicanos hasta el pájaro tijera que atranca su nido con espinas. El remate final era mi discurso que simulaba amor a la Reina pero iba dirigido a ella, eludiendo esos gérmenes isabelinos de la policía del pensamiento: "He sido, dije, soldado, capitán, marino y cortesano, todos puestos que son de corrupción y vicio. Pido a Dios que perdone mis pecados y mantenga viva la llama de mi amor por esa rosa blanca que es mi Reina tan intensa que resplandece como la más bella de las mariposas negras. The Lord shall raise me up, I trust!". Y le hice al verdugo la más metafísica de las preguntas: ¿cuál es la mejor postura para colocar la cabeza?
Después, la Reina prohibió que se pronunciara mi nombre para conjurar reminiscencias, su duelo sería arduo, interminable y sin auxiliar lacaniano. Iba a sufrir más que yo. Tuve la suerte de encontrar a un verdugo simpático y con experiencia.
A esta altura el grupo hacía silencio, como si estuviera asistiendo a un hecho grave. Y volví al principio, mi condena era la suya porque la verdadera pasión traspasa los muros de la más férrea indiferencia.. No había caso: seríamos redimidos del fuego y por el fuego...
Naomi se empinó un largo trago de vino, preguntó si El Dorado había sido encontrado y me dijo que al otro día se iba.
A un progre los estereotipos se le hubieran derrumbado con mayor facilidad. La chica hubiera sido acusada de capitalista salvaje siempre que no afectara el mito del buen salvaje que prefiere más que a la misma Noami Campbell.
Al despedirse me abrazó fuerte y me dijo que nunca había conocido a alguien como yo, no sé si para consolarme y seguir conociendo el mundo de las finances, su búsqueda de El Dorado tal vez, mientras yo seguía invocando a la negra de Baudelaire, merci.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La guerra de Yom Kippur. Por Julián Schvinderlerman


La Guerra de Yom Kippur, conocida en el mundo árabe como Guerra del 6 de Octubre, sin lugar a dudas fue uno de los momentos más difíciles de la historia del moderno Israel. Ese día de 1973, Siria y Egipto atacaron por sorpresa al Estado judío, mientras los israelitas vivían la jornada más sagrada de su calendario.

 
Lo primero que hay que resaltar de este episodio es el factor sorpresa. Quien conoce un poco cómo se vive Yom Kippur en Israel o en las comunidades judías sabe que buena parte de los judíos está ese día en las sinagogas, que no enciende la televisión ni la radio –en ese entonces no había, recordemos, internet, ni teléfonos celulares ni nada por el estilo–; de ahí que, por ejemplo, representara un problema transmitir a la población que el país estaba siendo atacado. Obviamente, se acabaron dejando de lado las normas que rigen tradicionalmente en Yom Kippur: la radio y la televisión comenzaron a funcionar, se movilizó a los reservistas, etcétera. Así que sí, Israel finalmente respondió, pero tardó un tiempo, porque fue víctima del factor sorpresa. Al menos su clase política, porque los servicios de inteligencia habían alertado poco tiempo antes de lo que se andaba fraguando. El liderazgo político, o no creyó a sus servicios de inteligencia, o decidió quitar importancia a los avisos, y eso que desde el 1 de octubre ya Egipto y Siria habían desplazado tropas hacia las fronteras.

Una vez concluida la guerra, la comisión Agranat analizó las causas de la imprevisión israelí; exoneró a los políticos y cargó las tintas contra los militares y los servicios de inteligencia, lo cual provocó la indignación de buena parte de la ciudadanía, que culpaba de lo que había pasado a los primeros: de hecho, al final la guerra se acabó llevando por delante al Gobierno de Golda Meir, que había ganado las elecciones que se habían celebrado justo después de terminada la contienda.

Abba Eban.Ésta fue la primera vez que Israel informó de los caídos en combate en el transcurso de una guerra. Hasta ese momento lo había hecho sólo una vez concluido el conflicto. Y lo hizo para hacer frente a la rumorología, que daba unas cifras de bajas altísimas, lo que –sumado a los problemas ya vistos de comunicación– había generado una extraordinaria aprensión en la sociedad.

En los primeros momentos de la guerra, Egipto y Siria (asistida por Jordania e Irak) ganaron posiciones importantes en la Península del Sinaí y el monte Hermón. Tanto en el Golán como en el Sinaí, los combates de tanques fueron durísimos. El avance árabe fue de tal envergadura, que el día 8 el ministro de Exteriores israelí, Abba Eban, dijo en la ONU que si hubiera estado asentado en las fronteras de 1948, en vez de en las de 1967, Israel habría desaparecido. Esta guerra demostró, pues, la importancia de la posesión de territorio como elemento de contención.

Otra consecuencia extraordinariamente relevante: el conflicto desbarató el ánimo exultante que había en Israel desde 1967. Y es que Israel había salido de la Guerra de los Seis Días convencida de que era una nación muy fuerte y prácticamente invencible: la del Yom Kippur reveló que seguía siendo invencible (a fin de cuentas, consiguió revertir una situación complicadísima), pero la moral de la sociedad, la clase política y el ejército quedó muy tocada.

En el plano internacional, los países árabes miembros de la OPEP subieron el precio del petróleo un 80% de la noche a la mañana, con la clara intención de extorsionar a Occidente, sobre todo a Estados Unidos, que estaba asistiendo a Israel por medio de un puente aéreo para contrarrestar el puente aéreo establecido entre la URSS, Siria y Egipto. De hecho, a mediados de octubre siete países árabes (Arabia Saudita, Libia, Abu Dhabi, Argelia, Kuwait, Qatar y Bahrein) impusieron un embargo petróleo directo a EEUU, que importaba por entonces 2 millones de barriles diarios, una sexta parte de su consumo.

Desde entonces, la cuestión del petróleo marcó aún más la cuestión del Medio Oriente, y así como su manejo por parte de la comunidad internacional.


HISTORIA DE ISRAEL: La Guerra de la Independencia  Jerusalem durante la guerra de 1948  El éxodo árabe de 1948 – El éxodo judío de tierras árabes  La Guerra del Sinaí  La Guerra de los Seis Días.

Pinche aquí para acceder a la web de JULIÁN SCHVINDLERMAN

viernes, 20 de septiembre de 2013

La lengua y la servidumbre voluntaria. Por Luis Thonis




El documento sobre la soberanía idiomática de la lengua formulado por intelectuales oficialistas y publicado en Página 12 olvida que la independencia fue declarada en 1810. Parece que el enemigo sigue siendo el Virrey Cisneros, pronto se sumarán Batman, Superman y el Hombre Araña que según Maduro son los enemigos de Venezuela. No estamos lejos de este nivel de irrealidad. El comercio exterior hoy parece responder a una célula de los tiempos coloniales y prácticas feudales prevalecen en no pocas provincias.
Estoy de acuerdo con algunos puntos del documento como cuando afirma que la mayoría de los “errores” que sancionan las academias corresponden a usos latinoamericanos pero como señaló Sausurre son movidas como en el ajedrez donde una pieza no afecta la existencia de la lengua ni el juego, salvo que se aumente desmesuradamente el número de las piezas que afecten seriamente a la gramática. Esto vale tanto para la Academia como para el twitter o el facebook pero no afecta al lenguaje que es el juego de la lengua. Hay obras literarias que ponen en crisis al sistema de la lengua pero no la destruyen como el caso de Joyce con el inglés. 
Las lenguas no son destruidas por academias sino por genocidios como el de los turcos que arrancaban la lengua a los armenios. Las culturas son devastadas por estados que tienen al pueblo como su enemigo como sucedió con la cultura popular cubana ante la rusificación de la nomenklatura como lo muestran escritores como Carlos Franqui y Juan Abreu: el sujeto es convertido en algo inferior a una cosa, en un guiñapo aplastado por ideales delirantes. La humanidad se ha asesinado en nombre de entidades que no tienen existencia como la raza o consistencia como la religión o la ideología. No es cierto que se quiera imponer una “ideología estandarizada” o que la globalización sea una amenaza a las lenguas nacionales porque hay múltiples formas de coexistencia.
Las multinacionales no son entidades gestionadas por conspiradores demoníacos sino pequeñas empresas que crecieron a los ritmos del mercado. No son enemigas de las pequeñas editorales a las que el Estado puede financiar sin pasar por un instituto, respetando los gustos de los editores: convengo que la cultura no tiene como objeto ganar dinero, pero eso no significa dilapidar los recursos en función de nuevas burocracias.
La falacia fundamental del documento es que su axioma es el mismo postulado que pretende probar. No dice de su afinidad con los gobiernos que llegan al poder a través de las urnas como en el caso de Venezuela o Ecuador en los cuales la voluntad del Caudillo está por encima del orden jurídico y luego van violando las normas constitucionales, suprimiendo medios de comunicación adversos y aspiran a la suma del poder público. 
La integración latinoamericana a través del ALBA o la UNASUR retoma la ideología fascista de los bloques continentales y se aferra a pautas coloniales. El llamado eje del Pacífico valora la libertad de comercio y mira sin temor hacia el siglo XXI. No hay una política sino una ideología de la lengua que se quiere imponer en un instituto que debería llamarse Hugo Wats en vez de Borges. Para este nacionalista antiliberal el mundo estaba dominado por el "Vaticano de Nueva York" en manos de un sacerdote judío. Es el ideólogo de gran parte de la izquierda populista antiglobalizadora. 
Los gobiernos que adoptan esta lectura del mundo terminan aliados a las peores dictaduras. En las democracias liberales como Uruguay o Chile el estado de derecho y la ley predominan sobre la política. En los populismos la política llega hasta querer legislar la misma lengua en que se escribe y habla. Lo primero que hacen los populismos es dividir la sociedad en dos bandos. De un lado están los representantes de la causa nacional, nobles e intachables y del otro los réprobos, sean quienes fueren. Por eso hay una necesidad compulsiva de reescribir la historia. Cristina Kirchner en los noventa, por ejemplo, llamaba a Cavallo “el mejor cuadro intelectual que ha dado la Argentina”. 
A partir del 2003, Cavallo se convierte en un demonio neoliberal pero se dejan en efecto el aberrante impuesto a cheque y se gobierna mediante superpoderes. Dicen: “Aun a pesar de sus pronunciamientos y sermones democratistas, el espíritu neoliberal procede de una difusa raíz totalitaria. Si conocimos sobradamente la bestialización económica del programa, sus efectos destructivos de vaciamiento político institucional y los daños generales causados sobre el tejido social, no menos preocupante, aunque de verificación más opaca, resulta el impacto que esa lógica impuso e impone sobre la lengua 
Traducido: lo liberal que supone la limitación del poder por el estado de derecho tiene una raíz totalitaria, “nazi” de la que carece la lengua performativa del populismo que llama al vaciamiento de las instituciones. La estafa reside aquí en la destrucción de lenguaje político y las instituciones en el mismo momento que se dice defenderlas. Así procede la performatividad del populismo, a fuerza de puros sermones por los cuales Chile sería una dictadura y Cuba o Venezuela sociedades democráticas, extentas de raíces totalitarias.
Una ensalada rusa propia del Astrólogo de Arlt.
Hay una alerta ante la “amenaza latente de restauración neoliberal, la necesidad perentoria de establecer una corriente de acción latinoamericana que recoja la pregunta por la soberanía lingüística como pregunta crucial de la época.” 
Se califica de amenaza restauradora que el populismo pierda las elecciones- aun si puede ganar otro que sea su reemplazo- como si estuviésemos en una monarquía hablando una lengua de los ángeles. Nunca fue tanta la degradación de la lengua y las relaciones en los diez años del kircherismo abrumados de publiciad oficial. La mentira se constituyó en política de Estado y los medios oficiales repiten hasta el cansancio consignas insultando o difamando a los opositores como representantes de la antipatria mientras la megacorrupción se convierte en una causa épica: en nombre de una lucha contra un mítico imperialismo del cual los medios opositores son sus cómplices se postula a la servidumbre voluntaria como forma de vida.
Es ridículo hacer un planteo de este tipo que recuerda la polémica de hace ciento cincuenta años José María Gutierrez con la Academia donde les dice que no podemos escribir como Fray Luis de León. 
Para Calixto Oyuela, académico local, El Matadero de Echeverría no estaba escrito en castellano por haberse apartado del peninsular. Retornan los Américo Castro en jerga nacional y popular. La tensión con el hispanismo recorre toda nuestra historia  y ese choque lejos de ser un drama ha sido fértil desde el modernismo cosmopolita que va de Rubén Darío a Lugones hasta la aparición de Borges. No será un instituto bautizado Borges el que habrá de resolverla. 
¿Aprobó Borges la Academia Nacional de la Lengua fundada por el peronismo en 1952? Parece que aportó más al lenguaje que la mencionada Academia que le mereció ironías. Borges era un autor desconocido de bibliotecas de barrio, comenzó a tener resonancia internacional cuando fue traducido. Macedonio Fernández no tuvo la misma suerte tal vez porque su estilo resiste la traducción. Esto no pudo ser resuelto por la Academia del peronismo, asociadas al paradigna nacional socialista de los cuarenta que Macedonio repudiaba, tomando partido en la guerra por los estados que defendían un “máximo de individuo” como Estados Unidos e Inglaterra. 
La academia populista  cuestionaba entonces la normativa como los programas oficialistas de la televisión cuestionan hoy a los medios no cooptados por el Estado con prácticas facciosas. Los medios públicos son financiados por los contribuyentes pero usan como patrimonio privado. No les vendría mal a los autores del documento leer la Teoría del Estado de Macedonio que exalta al individuo ante los avances del Estado. 
El documento se basa en una ideología de la lengua de quienes tienen normas inconstitucionales bajo el brazo: que todos los medios se consituyan en una potencial cadena nacional, algo que fue común al fascismo y al franquismo. Los bautismos son una manía del populismo. No es extraño que quieres quieren situarse por encima de las leyes que juraron respetar quieran imponer una política de lengua en función de un poder ejecutivo que fuera absoluto, es decir, de una dictadura.
Es ridículo cuando la lengua de los medios no está colonizada por imperio alguno sino por la Mafia que nos gobierna. “La inflación es un problema que concierne a los ricos”, afirmó Boudou.
Es un enunciado vacío que sólo puede ser tomado en serio por zombies. Se podría decir que es la política populista es la que ha vaciado la lengua que dice defender. “Hasta las villas tienen Direct TV porque ahora les va bien”, asegura Cristina Kirchner, complementando la apuesta del negocio del pobre como si las villas respondieran a valores excelsos. ¿No es ésta una ideología standard? Es lo contrario que quería hacer Eva Perón que se negó a que los barrios populares tuviesen un estilo "neocolonial" que recordara las raíces hispánicas y prefería el estilo californiano, casas tipo Beverly Hills que había visto en revistas de cine. Quería que el pueblo viva más que en villas miseria en casas para estrellas de cine.
Luego de diez años de gobierno, la villa es tomada como un hecho consumado y se llama “integrar con armonía” llevar ahí la Secretaria de la Cultura. Si honra al  bilingüismo que predica el documento que se digne a recibir a los qom que están entre dos lenguas. Ya no se trata de la estupidez- que tiene una relación con la inteligencia- sino de instituir una Lengua para una elite de multimillonarios de un lado y del otro el populacho que irá expandiéndose villa tras villa. Cristina Kirchner habla más en un "inglés tarzanesco" que en cocoliche. Sus cortesanos hablan la lengua de la servidumbre voluntaria en coro con intelectuales asociados como Piglia que luego de neutralizar a Macedonio, Artl y al mismo Borges dice que Murena “escribe mal” y luego del libro de Sebreli que opaca el mito del guerrillero heroico transforma a Guevara en lector de literatura aunque haya leído todo al revés comenzando por el Ariel. Se emociona con el chavismo por no haber leído a Poliscuerpón donde Murena pone en escena al dictador de la Felicidad y esclavo del pueblo, el ideal de todos los zombis castrotercermundistas.  
Basta leer una página de Folisofía de Murena, babel de lenguas, para entender que la lengua no existe, salvo como cuestión de estado y que la literatura tiene más que ver con el lenguaje que con la lengua, al compendio de clisés a la que se la quiere reducir.
Basta de fundar institutos parasitarios con la plata de Don Pedro que no llega al fin de mes. Institutos patéticos como el del pacho revisionismo que ya ha sido refutado en cada uno de sus argumentos por Halperín Donghi.  
Basta de la política de los derechos humanos instrumentales K donde un nieto de Carlotto se cotiza como los precios de la soja, una víctima de la AMIA está por debajo de los precios del petróleo y un aborigen del norte no sólo no tiene derecho al bilinguismo sino a tener nombre.
Basta de querer controlar los efectos del lenguaje como la fascista Florencia Saintout. Lo que se necesitan no son institutos sino instituciones, quiero decir, separación de poderes para que se juzgue a esta casta de delincuentes que es la versión aumentada del saqueo de los años noventa con los mismos personajes. La lengua es la plaza de Galtieri y el lenguaje es tanto en el arte como en la vida cada uno de los sujetos que enuncia sin tener un chip en la cabeza, marca Horacio González- el autor de La multitud creadora en enero de 2002 donde encubre la megadevaluación de Duhalde que dejó miles de muertos, atribuyendo un decisionismo a la multitud- o marca Ricardo Piglia, un maestro en predicar la revolución en pesos para cobrarla en dólares. 
Se debe precisamente a los "medios hegemónicos" que un oportunista como Piglia sea un escritor supuestamente más importante que Hugo Savino, borrado por ser ajeno a la servidumbre voluntaria como antes sucedió con Néstor Sánchez. Piglia acusaba a Néstor Sánchez de tener el poder por publicar en Sudamericana donde luego llegó a dirigir colecciones y llegado el momento publicó sin ruborizarse en las multinacionales españolas.
Se necesitan más creadores que burócratas multiplicados al infinito.
Entramos en un Apocalipsis zombie como diría el poeta Lucio Greco, ajeno a la cultura de la servidumbre voluntaria y lector de Leónidas Lamborghini.

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Milena, la estrella más brillante. Por Luis Thonis



Qué raro que tu marido diga que me escribirá tal o cual cosa. ¿Y golpearme y estrangularme? Realmente no lo entiendo. Por supuesto que te creo, pero me resulta tan imposible imaginarlo, que no siento nada. Es como si se tratara de una historia ajena. Es como si estuvieras aquí y dijeras: “En este instante estoy en Viena y hay gritos, etcétera, etcétera.” Y ambos nos asomáramos a la ventana y miráramos en dirección a Viena y, por supuesto, no viéramos nada que fuera motivo de excitación. Algo más, sin embargo: ¿cuándo hablas del futuro no olvidas a veces que soy judío? (jasné, nezapletené). El ser judío sigue siendo peligroso, aun a tus pies.

Esta carta es una de las más tremendas que he leído por el desarrollo posterior que tuvo la historia. No sé si Franz Kafka y Milena Jesenska fueron amantes, no indagué detalles de una historia que los biógrafos dan por hecha ni leí las cartas de ella. Creo que se vieron pocas veces y no sé si tuvieron relaciones. La relación a distancia, la no relación en todo caso fue más fuerte."Reconozco al amor por una tristeza inconsolable, por un ¡ah! que te corta la respiración", escribió Marina Tsvietáieva. No encontraremos este tipo de inflexión inmediatamente, tal vez sí subterráneamente. Tampoco alguna tristeza inconsolable. Ella no tenía prejuicios y Kafka era lector de Casanova. Lo cita aunque se interesa más en sus modos de fugarse de la prisión de plomo en Venecia. A ella la casaron por obligación, se separó y contrajo un nuevo matrimonio.

En esta carta, Kafka, introduce dos palabras checas que significan “con claridad” y “sin ofuscación”, y no le da al marido ni siquiera el lugar de un tercero en discordia. Ella no hace mucho por incluirlo. No puede separarse de él, porque por un lado lo ama y por otro él, dice, no podría sobrevivir sin ella. 
Kafka señala esta contradicción pero no insiste demasiado, tiene la suya, quiere estar siempre con ella pero no separarla, la hace pasar de una disyuntiva a otra: “¿Sabes Milena? Cuando te acercaste a tu marido descendiste mucho de tu nivel; pero si te acercas a mí  estarás lanzándote al abismo".

Ya no se sabe cuánto hay de verdad, cuánto de seducción y de llamados a medias. La verdad es cambiante, murmura Franz. La lectura de estas cartas lleva al extremo el interrogante de qué diablos se habla cuando se habla de amor.

Algo debió pasar, Kafka siempre evoca un bosque que reaparece, insiste y da rienda suelta a escenas hipotéticas que parecen parte de sus relatos. Vivían en dos ciudades alejadas y hablaban en lenguas distintas, ella era traductora y ni bien lo leyó quiso traducirlo del alemán al checo. El le llevaba muchos años y muere en 1924. Las cartas comienzan con un “usted” de tono amable y profesional entre la traductora y el traducido pero van de a poco tomando otro ritmo y otro color. Un giro se produce cuando Kafka la vuelve a nombrar a través de su nombre: “Hoy hablaré de algo que quizás aclare muchas cosas, Milena (qué nombre tan rico y denso, resulta casi imposible levantarlo, y al comienzo no me gustaba mucho, me parecía un griego o un romano perdido en Bohemia, violado por el idioma checo, falseado en su acentuación; y, sin embargo, por su color y su forma es una mujer a la cual se lleva en brazos: sólo el acento sobre la “i” es duro. ¿No se te escapa el nombre de un salto?”

Milena no le debe a él su existencia histórica, no fue simplemente “la enamorada de Kafka” según se la conoce. Al separarse de su primer matrimonio fue convirtiéndose en una periodista de primera línea. Una feminista diría que tuvo que ver con la independencia de la mujer y es cierto. Pero ella decía que cuando escribía pensaba en él- desconocido para el público de la época- y él se decía su mejor lector. Kafka le habla a Milena y Milena a Kafka. No son doblajes de dobles. No sucede muchas veces y él comienza a firmar como Tuyo en el mismo momento que la nombra.

Volver a nombrar a una mujer que ya lo admira y que ni bien lo leyó en alemán quiso traducirlo al checo es algo que se puede llamar amor. Las relaciones entre dos lenguas son las más intensas. Ninguno de los dos está seguro en la suya.

Kafka la hace suya en el mundo de las cartas: "No sé si quieres verme después de mis cartas del miércoles y el jueves. Conozco mi relación contigo( me perteneces aun cuando nunca te vuelva a ver)". Las cartas van cobrando un ritmo frenético: “Este ir y venir de las cartas debe terminar, Milena. Nos volverá locos. Uno no sabe qué ha escrito, no sabe a qué se le responde y tiembla siempre, sea lo que fuere”. Pero insiste: “Es curioso, Milena, cómo me deslumbran tus cartas”, dice, “son como lluvia sobre mi rostro ardiente.” 

Milena es para él una figura de origen…tal como irrumpe una adolescente. Tener un origen perdido es tenerlo todavía, incluso en su versión redentora: “Se mire por donde se mire, la carta de hoy, esa carta tierna, leal, alegre, portadora de dicha, es la carta de un ´Salvador´.¿Milena entre los salvadores!” Ella  es la que “comprueba, a cada paso, en carne propia, que sólo puede salvar a los demás por medio de su propia existencia y nada más”. Hay ironía en estas frases de Kafka que como judío se acerca al origen para ser rechazado por él y al alejarse comienza a oír voces de reproche.

Kafka, alguien que se sabe ilegible para su época y quiere incendiar su obra, tiene la necesidad de destacarse de alguna manera ante ella, emerge desde el fondo mismo de su inexistencia para hacer de la carta un entre dos de los cuerpos marcado por la imposibilidad: “Y fue así que sólo trabajé por espacio de media hora y ya estoy otra vez junto a ti, tendido sobre la carta como estuve tendido junto a ti aquella vez en el bosque”

Kafka a menudo se muestra preocupado por que vaya al médico pero el que echa sangre por los pulmones es él: se está muriendo y lo sabe. Ha encontrado una peculiaridad en ella, que “no he encontrado en nadie más y que no puedo entender bien, pese a haberla encontrado en ti. Es tu incapacidad para hacer sufrir”. 

No es poco. Esto no significa que no le haga reproches, a medida que las cartas avanzan la va tratando como a una niña, algo que no suele caerle mal a una mujer de 25 años: “Qué falta de penetración psicológica, Milena. Siempre lo he dicho. Y bien.” O que no haya pasajes cómicos como el referido a la obesidad del novelista Werfel: “¿Acaso usted no sabe que sólo los gordos son dignos de confianza? Sólo en esos recipientes de paredes gruesas y- como dijo alguna vez alguien-, sólo ellos son útiles a la Tierra como ciudadanos del mundo”.

Milena en la nota que a su muerte escribe en un diario lo ve muestra como alguien "demasiado sabio para vivir, demasiado débil para luchar, de los que se someten al vencedor y acaban por avergonzarlo."

No sé si Milena captó a Kafka, ella misma pudo ver que no se sometía a un vencedor que no tenía nombre. Era un hombre del origen: el mundo debía reiventarse de nuevo con él. Había vencido de antemano, sólo de eso estaba seguro. Ella quería cambiar de vida, para él se trataba ante todo de cambiar de muerte como punto de partida algo insoportable para los que creen estar dos pasos adelante y uno detrás de la felicidad humana.
 ¿A quién están aliadas las mujeres en la obra de Kafka? Silencio sepulcral de los especialistas. Fue el escritor del pecado original: el asunto es que Eva vio hermosa la manzana  y se la mostró a Adán.  Llegamos a la frase decisiva: “Jugar con ella no estaba permitido sin duda, pero tampoco estaba prohibido”.
Es esto lo que la humanidad no puede representarse y se limita- volviéndose “progresista”- a  sustituir  la manzana por la píldora de la reproducción. 
Kafka trabaja en cambiar la muerte cambiando de muerte, esto supone un arte, sabe que se la termina prefiriendo porque iguala. Milena en cambio es la vida misma vivida con toda intensidad.  Ahí de produce un choque y un efecto de creación, el amor surge de ese entre dos, tenemos el mismo lamento, escribió Kafka, como si hubieran comido las mismas uvas silvestres, jugado con la manzana.
 Aquí divergen las aguas, no pulsan el mismo tiempo, ni tienen los mismos amigos, Kafka está sólo, Max Brod pese a su buena voluntad no logra captarlo. ¿Qué pensaría Milena cuando Kafka le hablaba de su lugar  en el Arca o "me llega algo del aire que se respiraba en el paraíso antes de la caída?" 
La comunión entre ellos tiene lugar en una infancia retrospectiva, el futuro hombre- mujer no les está prohibido aun si les está permitido.
Ella estaba inmersa en su tiempo y el retornaba al origen para deplazarlo porque sabía que si bien escribía en alemán no estaba en su lengua, no tenía ninguna lengua y era peligroso que un judío hablara alemán. Kafka no habla a favor de los judíos en general porque no son todos iguales: "A veces desearía amontonar a todos los judíos incluyéndome a mí en el cajón de la ropa sucia para ver si se asfixian todos..."

Los judíos no siempre coinciden con su nombre. Oye el nombre judío como ese teatro donde una obra en yiddish desencadena el miedo de sospechar que están hablando una lengua nacional que no es la suya: veo miedo en sus ojos, escribe.

Ella era comunista pero cuando empezaron los procesos de Moscú se opuso y denunció las purgas del estanilismo. Cuando los europeos apaciguadores de Munich le entregan los checos a Hitler que comienza a enviar a lo judíos a los campos, Milena pese a no ser judía se pasea por las calles con una estrella de David. La envían a un campo de concentración donde conoce a Margarete Buber- Neumann que escribirá un libro contando la conducta de Milena en el campo, su solidaridad con los enfermos y formas de resistencia a la opresión que llegaba a doblegar a los mismos carceleros nazis. Dentro del campo se creó un "recinto industrial" con talleres de producción para trabajos de confección, tejido y cestería. La empresa Siemens construyó a finales del verano de 1942, junto al campo de mujeres, 20 naves industriales para la manufactura de piezas para la industria de armamento y recién en 1944 las SS instalaron las cámaras de gas. Todos estos trabajos se basaban en utilizar a las prisioneras y prisioneros como mano de obra esclava. Ayudando a los demás como enfermera contrae una infección mortal y muere en 1944.

El mundo va a pasos entusiastas hacia la consumación de un milagro infame y su autodestrucción. 

Cada uno lo resistió a su modo. El consideraba innecesario salir de su casa en la que era un extraño para su familia:"Fui enviado como la paloma de la Biblia, no encontré nada verde y vuelvo al Arca oscura." 

Ella, por el contrario, se exponía en demasía.

“Ser judío es peligroso”, le escribió Kafka en una clarividente referencia del porvenir. 

La visión de Milena caminando por Praga, la ciudad de la Virgen Negra que fue una de las primeras obras del cubismo, desafiante con la estrella amarilla es la resultante de esa trama como si de ella surgiera una carta arrojada como un brillante al mar a la que el siglo actual tuviera que dar una respuesta. Esa estrella que se utilizaba como una marca degradante para marcar a los hijos del pueblo elegido por su acto era ya la estrella más brillante contra el retorno de los faraones y la idolatría. 

"Y aunque vos sos el herido, yo soy la que grita", se lee en Mar Negro de Ana Arzoumanian que se escribe también entre dos lenguas recordando que ser armenio es tanto o más peligroso que ser judío. Mar negro, libro ilegible en nuestra cultura porque pone en escena la guerra, mejor dicho, el crimen de masa y al mismo tiempo lleva al extremo la guerra de los sexos entre lenguas amputadas, pólvora y rabia.

¿Por qué la mujeres hoy se autodesprecian y esclavizan capturadas, mejor dicho, queriendo ser completadas por las sombras luces de los neomatriarcados? De poco vale emprenderla con el padre para dejar intacta a la Reina Madre. ¿Milena no les dice nada acerca de esta alianza letal? Muchas de hijas de Hegel pasaron a ser reflejos de las divinidades del nihilismo asociadas al espectáculo. Que la Mujer o la Gran Madre que vacía a la mujer singular no exista no significa que como ideal de indiferenciación no ejerza efectos devastadores por fascinación.  

La humanidad ha vivido asesinándose por cosas que no existen, el mejor ejemplo es la raza. El devenir ninfos de los hombres es el remate final de esta euforia depre donde la ausencia de los entre dos multiplica los sermones sobre el sexo, el amor, en circulares, interminables bla bla bla. Hice mi encuesta con mujeres, resultado: los hombres carecen de un arte de amar. El infierno ya no se opone al paraíso, ahora es la Fiesta perpetua de la cual no se puede salir sin poner en crisis la propia lengua y ser su matricida. 

Milena es una referencia trágica que encuentra la diferencia cómica en Maya, la tenista que sabe jugar con la manzana de Los hechizados de Gombrowicz, un vértigo femenino que se sitúa fuera de la Fiesta entre la fatalidad y el crimen. 

Hay que atravesar un mar negro para saber de qué estamos hablando. Vayamos al fondo del arca oscura.

Milena nos introduce al siglo actual, a un futuro que parece lejano pero que ya ha llamado a nuestras puertas aunque nos tapemos los oídos. Hay algo de Maya en ella que inventa a sus precursoras. No está permitido pero tampoco prohibido invocarlas.

Ella era difícil, inventiva, dramática, cómica, nocturna y solar, dulce, irascible, lo sorprendía cada gesto y tono de voz, siempre “intraducible”.
La amaba: estaba siempre al acecho para no encontrarla.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La guerra es a veces el único medio de detener los genocidios. Por Luis Thonis


El genocidio es peor que la guerra y el único modo de evitar el genocidio es la guerra. Dicho de otra manera: la guerra no se opone a la paz sino al genocidio que es una guerra contra civiles indefensos. A veces guerra y genocidio coinciden como en este caso. No estoy a favor de una intervención en Siria porque no le veo una salida política. Nada más que por eso. Pero desde el punto de vista humanitario, leyendo la carta de Pérez Esquivel a Obama, no deja de asombrarme que lo llame “desestabilizador” como si Al Assad no lo fuera. ¿No existe el terrorismo de estado en Siria? Ni un solo reproche a tan abyecto dictador que no sabemos que equilibrio mantiene, supongo que el de los bienpensantes. ¿Por qué no le escribió una carta semejante al dictador sirio para que deje de matar y buscar la solución política que reclama? ¿No se trata de dialogar? No bastan doscientas mil víctimas, unos dos mil niños asesinados y otros torturados según Save the children, dos millones de deportados para ganarse la calificación de genocida que aquí se aplica gratuitamente hasta a periodistas. Es el mismo hombre que denuncia que en la Argentina mueren de hambre y enfermedades veinticinco niños por día y adhiere a la posición del gobierno en el conflicto, digna de Poncio Pilatos. Ni una palabra de Cristina Kirchner sobre el terrorismo de estado en su concepción del mundo como disputa de peluquería. El vaciamiento del lenguaje político y de la historia no es ajeno al desvarío colectivo de nuestros llamados intelectuales que firmaron un manifiesto que calificaba a Israel como estado genocida por defenderse de los continuos bombardeos que dejó unos ochocientos palestinos muertos.  Contra Israel no hay un solo argumento de peso, devolvió el Sinaí a Egipto porque éste lo reconoció como Estado, quiso hacerlo con Gaza sin ser reconocido y se instaló una base iraní. Los territorios que ocupó fueron victorias de los ataques masivos y cobardes que sufrió por parte de los estados árabes que encuentran un justificativo de hambrear a sus pueblos. Esquivel ignora que el llamado pueblo palestino nunca existió, fue inventado por Arafat luego de la derrota de la Guerra de los Seis Días. Palestina siempre fue una región, el nombre que el imperio romano dio a la antigua Judea. Lo único que falta es que se diga que el Corán preexistió al Antiguo Testamento.
Assad la emprende contra su propio pueblo y buscar soluciones en los lobbys de la ONU no conduce a nada, Rusia y China siempre apoyarán dictaduras, invitando a mirar para otra parte. ¿Por qué no le escribe a los carniceros de Hamas que desde la niñez forma a los niños como futuros hombres bombas? ¿O a los alquaedistas que en Siria son tanto o más cruentos que Assad?

Un paso más y se lo convierte en víctima. Ya Assad es un héroe para los chavistas.
Este tipo de tiranos no dan alternativa, de nada sirve tirarle ondas de amor y de paz, sólo se los detiene mediante la intervención militar. El eje de Irán, Rusia y Siria no parece “estabilizador” para los civiles indefensos. Para el progresismo hipócrita de los Chomsky el horror comienza cuando interviene Estados Unidos, nunca antes. Si les interesaran en serio los derechos humanos abogarían por una fuerza internacional- militar- que detenga a los tiranos cuando comienzan las masacres contra los civiles, sean niños o mujeres y no negarían como lo muniquenses ante Hitler que existe, hay en curso en todo el mundo una cuarta guerra mundial donde los árabes se están matando entre ellos en Egipto y en Siria como sucedió antes en Sudán. Esta es la única salida política para el mundo que se viene: asumir que hay una guerra que no se parece en nada a las que hubo por su asimetría y dejar de lado la retórica vacía de los apaciguadores que lo único que hacen es fortalecer a los enemigos jurados de la libertad que cada vez se están armando más.
Un mundo con los talibanes en Afganistán o Saddam Hussein en Irak les parece más pacífico: todo va bien si pueden asesinar en paz. Los que cometieron torturas en la carcel de Abu Graib fueron severamente castigados por Estados Unidos, los que torturan niños en Siria tienen inmunidad para los bienpensantes. Ahí también fueron expulsadas las ONG que hacen trabajos humanitarios.
Si se sigue negando que no sólo hay guerra sino que hay una guerra de los mundos- que se basa en el asesinato de civiles indefensos- esto pronto será demasiado tarde como se advierte en el infierno sirio. La guerra entre los sunitas de Irak y los chiitas de Irán se extendió desde 1980 a 1988 dejando más de un millón de muertos y se utilizaron armas químicas como el gas mostaza. Nadie se escandalizó y posteriormente explotó en Occidente tras la invasión a Kuwait por parte de Saddam Hussein que arrojó misiles a Israel para implicarlo en el conflicto. Se los puede, abandonado las razones humanitarias, dejar a su suerte, pero no se trata de una interna local. Sunnitas y chiitas integristas viven todavía en los tiempos de la batalla de Karbala en octubre del 680 donde fue asesinado Husain Ibn Alí, el nieto del Profeta por el expansivo Califato omeya de Damasco, que dividió al Islam. De esto no son culpables ni Estados Unidos, ni Israel ni nuestra arquitecta egipcia, que liderando una guerra típica de señoras en la peluquería ayer denunció por twitter una conspiración entre Macri, Scioli y Massa. 
¿Qué autoridad moral tiene, me pregunto, la Argentina de los Kirchner? Es un país que nunca tuvo enemigos, salvo los que se fue inventando para justificar sus fechorías. Desde 1810 se han estado matando entre sí y en los períodos de paz siempre se ha dividido en dos naciones y dos países como dijo premonitoriamente Alberdi que, dicho sea de paso, justificó la guerra de la independencia ante España. La sangrienta guerra interperonista de 1973 a 1976 propició el golpe de estado y la dictadura sólo cayó tras la guerra de Malvinas, previa plaza de Galtieri. Y el actual gobierno de los derechos humanos entregó las víctimas de la AMIA a Irán para ajustarse al eje chavista. Tampoco apoyó el pedido de captura de Moreno Ocampo de Al Baschir en marzo del 2009 que exterminó cuatro cientas mil personas de diversas etnias en Sudán por orden de Chávez, haciéndose cómplice del mayor genocidio del siglo XXI hasta hoy. Carece de autoridad moral hasta para lavarse las manos. A la canalla bienpensante no le importó. Hay algunos pueblos que deciden pelear y no convertirse en un montón de ratas aterrorizadas repitiendo la palabra paz, paz, mientras le escupen en la cara. Ni una palabra en los que se rebelaron contra Assad luchando por una democracia y fueron aplastados. No es casual que los intelectuales criollos compren ciegamente el mito palestino, pasando por alto que es un pueblo psicotizado y sacrificado por sus dirigentes multimillonarios.

La visión antimperialista y galeanista que tiene de la guerra de Vietnam y de las intervenciones de Estados Unidos en Afganistán e Iraq demuestra que Pérez Esquivel repite la versión de Le Monde Diplomatique, los desocupados del Ejército Rojo de Ignacio Ramonet cuyos refritos abundaron en la Argentina y fueron mentores del nacional populismo actual. Pasa por alto que fue Vietnam del Norte que invadió al Sur y que los crímenes masivos de Ho Chi Min fueron mucho más graves que los nortemericanos como afirmó Todorov. Si Estados Unidos hubiera ganado la guerra habría sido acusado de "imponer una democracia" como ocurrió en Japón, al que después de todo no le fue tan mal y como intenta hacer en Afganistán e Iraq en procesos de larga duración. Esquivel ignora que  en las zonas de Afganistán donde en no actúa la coalición las mujeres se suicidan en masa por la esclavitud a la que las someten los talibanes, hay abundantes informes al respecto. 

Molesta que en Irak se pueda votar, que haya una democracia, que en medio de las amenazas y atentados puedan jugar las selecciones de Irak y Palestina y que los jugadores recuerden los tiempos donde el hijo de Saddam los torturaba. Pasa por alto que la invasión a Irak fue apoyada por Vaclav Havel- amigo personal de Bush-, Elie Weisel, sobrevivientes del ghetto de Varsovia, André Glucksmann cuyos argumentos no aparecieron en los medios argentinos y que las armas químicas si existieron como lo demostró el libro de Sthepen Hayes en The Connection. Eran momentos donde los intelectuales progres oficiaban para la clase delictiva actual y necesitaba encontrar un redentor en Kirchner que atribuía la crisis y el default culpando de todo al FMI, pasando por alto quienes firmaron los presupuestos, los menemistas de los que formaba parte que se volvieron primero duhaldistas, luego kirchneristas y hoy ayudan al posible vencedor y futuro lider. Que expliquen por qué Argentina tuvo nueve canjes de la deuda externa y nada de eso ocurre en los países vecinos que han abandonado la cultura de la expropiación y dar a las mayorías el pescado- o mojarritas- y no la caña para pescarlo.


Los intelectuales del sesenta que apoyaron la revolución cubana y quisieron comprarse una segunda juventud, pasando del marxismo leninismo al nacional populismo son todavía los que justifican a un modelo que hoy hace agua por todos lados y ha dilapidado la mayor etapa de crecimiento del capitalismo global en toda la historia haciendo crecer las villas miserias. Es la misma clase que hoy nos gobierna y Pérez Esquivel critica pero comparte la misma visión del mundo del oficialismo, la de mitómanos como Pedro Brieguer en la TV pública o charlatanes como José Pablo Feinmann. No está solo, es también el del noventa por ciento de la oposición que repite los mismos clisés a nivel internacional. Para los cartabiertistas el enemigo no son este tipo de dictadores que más bien admiran- como Cristina a Kadafi- sino el “neoliberalismo”, palabra con las cual designan no sólo a Estados Unidos sino a las democracias constitucionales, salvo a Australia y Canadá, que con un poco de esfuerzo lograrán igualarnos si damos fe a nuestra arquitecta egipcia. No es casual que Eric Hobswaum, uno de los máximos delincuentes intelectuales del siglo XX, sea el historiador oficial de la Argentina a través de su discípulo Ernesto Laclau.


La expresión “neoliberal” aplicada tanto a Martínez de Hoz- modelo de estatismo monetario al que se parece bastante el modelo K, con el control de precios, el robo de empresas y el cepo- a Menem- que nada tuvo que ver con las reformas liberales de Chile e incluso Brasil que lograron solidez en su moneda- recuerda a la del “mundo libre” citada como burla y escarnio para quienes vivían en Nueva York y Paris mientras que las stasi del mundo comunista encarcelaban y asesinaban a los disidentes y eran llamadas sin comillas democracias populares. Chile para el populismo criollo sería un estado “neoliberal”. Con menos recursos está a años luz de la Argentina en todos los aspectos. Le dio una lección a Cristina al informarle que ahí se investigan los patrimonios de los empleados públicos, que no hay monarcas ni oyarbides. Vale más tener una clase política de excelencia que abundar en soja. Venezuela que nada en un mar de petróleo pero donde faltan los productos elementales, incluso el papel higiénico, les resulta un ejemplo posible para seguir la lucha hacia la autodestrucción final. Hay una sistemática voluntad de ignorar lo que pasa en el mundo actual, pensado a imagen y semejanza del tercermundismo de los sesenta y setenta que al igual que ayer les hace ver a las dictaduras más criminales como víctimas del imperialismo. No es tan difícil saber quién es quién: cuando se habla de tal o cual estado hay que mirar ante todo lo hacen con sus pueblos.


Se enterarían de lo que hacen los jihadista en Tailandia con los budistas, en el mismo Egipto con los coptos. Del silencio sobre la matanza de cristianos a lo largo y a lo ancho del mundo árabe al que se refiere la voz solitaria de Pilar Rahola. En Egipto, en el Magreb, Pakistán, Turquía, Nigeria o Sudán se los toma como blancos militares a falta de judíos y en Arabia Saudita apenas si son ciudadanos de segunda. No obstante, estos  países denuncian todo el tiempo la “islamofobia occidental”. No les entra en la cabeza que la paz que disfrutan en el abominable mundo libre es porque alguien alguna vez tuvo que pelear por ella, de lo contrario el mundo sería un campo nazi o un gulag soviético. 

Assad lo dijo muy claro, dándole un happy end anticipado a la guerra: la mayor  perjudicado será la "entidad sionista", así llaman los antisemitas a Israel. El mismo objetivo que el de Erdogan que apoya la intervención, el mismo de los jihadistas que quieren alzarse con el poder y exterminarían a las minorías, comenzando con los kurdos. ¿Cómo se hace para dialogar con esta clase de gente?

Opuesto a Siria por el tema kurdo, Erdogan tiene el mismo objetivo que Assad e Irán: Israel. En ocho meses Irán dispondrá de la Bomba y es probable que la escena se vuelva más complicada si no se resigna a ser blanco de un estado con el cual no tiene conflicto alguno. A Obama hay que reprocharle su política errática, no haber actuado pensando que Assad era un "moderado" cuando era posible todavía evitar que estalle el polvorín con consecuencias imprevisibles, cuando las víctimas llegaban a mil. Pero debe hacerse oír el repudio a este criminal de masa en vez de seguir oficiando de correctos antimperialistas a quienes no le falta una coma en un libreto que nada tiene que envidiarle a los K, campeones de los derechos humanos instrumentales.