viernes, 30 de agosto de 2013

El fantasma de la paz- Por Shumuel Trigano.


 

OPINIÓN SOBRE LAS CONVERSACIONES DE "PAZ" ISRAELO-PALESTINAS

4, agosto, 2013.
La vuelta a las negociaciones entre israelís y palestinos tiene un aire de dèjà-vu que es ya casi patético. Nadie entiende , por cierto, ni la razón ni las posibilidades de éxito. Los Estados naciones árabes están en plena descomposición , Irán a punto de tener su bomba nuclear , Al Kaeda  llega al Golam , pero el tema palestino es el único problema que obsesiona a los occidentales que se apuntan a todas las partidas con tal de reavivar el conflicto en nombre de la paz.
Especiálmente cuando nos preguntamos qué puede conceder  Mahmud Abbas: no representa más de un 60% de los Palestinos , y ello , teniendo en cuenta que nunca ha sido reelegido en el poder , que Hamas escapa a su mando y ganaría en su territorio si hubiese mañana unas elecciones.

El dejà-vu alcanza alturas grandes cuando el ministro palestino de asuntos religiosos compara estas negociaciones al tratado de Hudabiya que Mahoma traicionó cuando le cambió la suerte de las armas, exactamente como hizo Arafat en su momento en Oslo. Abbas proclama por su parte en el Cairo que en el futuro Estado , del cual será Jerusalem capital, no habrá un solo judío.
 Tan solo hay discursos de odio procedentes de los palestinos , como revela el excelente site Palestinian Media Watch a diario.
¿Qué se trama entonces? Cierto que las presiones y amenazas americanas y europeas podrían explicar porqué acude Netanyahou a Canossa. Por ello la liberación de terroristas es una grave derrota: anula las decisiones legales y les confiere status de soldados . Además trae a los israelís un sentimiento de que su Estado les abandona.
 Habiendo fracasado en todo  Obama intenta  alcanzar un éxito en los jardines de la Casa Blanca ...ayudado, además, por una parte del judaismo americano. El hecho de que el negociador americano sea Martin Indyck es significativo  pues fué copresidente de Jstreet , para el cual el "sionismo"no es igual que el postsionismo. 
No obstante  hay otras posibilidades que explican que Kerry conceda un plazo de nueve meses de duración  a las negociaciones .Porque tal e el tiempo que necesita Irán para tener la Bomba . De dos cosas una. O bien es una maniobra de diversión israelo-americana  para preparar el ataque contra Irán . O bien se se trata de bloquear toda tentativa israelí  contra Irán (para no "dañar"las negocaciones de "paz") Al final de las negociaciones, cuyo facaso todos sabemos , sería ya tarde para una intervención de Israel...
 En todo estado de causa , como en tod negociación de paz con el mundo árabe cuya estrategia de Takiya (astucia del doble lenguaje) es la regla sacrosanta - de lo cual nos dá tetimonio ahora la autoridad Paletina- Israel tiene que prepararse para la guerra. Aunque los pacifistas israelís amenacen a Israel con una nueva 3ª intifada, con una futura catástrofe, mayor que nunca...El "proceso de paz" será  ,como desde Oslo ha sido  , el marco de muchas guerras , olas de terrorismo sanguinario y operaciones de gran envergadura ?
Estamos aún a tiempo de tomar conciencia de ello. 
Dice el viejo adagio romano : "si quieres la paz preparate para la guerra".
     

martes, 20 de agosto de 2013

El kirchnerismo agoniza, pero la continuidad del maffionalismo está asegurada. Por Luis Thonis



 
 Que se haya trasladado la sede de la Secretarìa de Cultura a la Villa 21 habla de la característica- la esencia diría un tomista- de un modelo que triunfa de fracasar: la villa es tomada como un hecho fatal y consumado, que haya muchas villas miserias en vez de recoletas lo llaman "integrar con armonía". ¿Será parte de esto que quieran para combatir la inseguridad meter presos a los pibes excluidos de la "década ganada". La mejor forma de combatir la inseguridad que ahora reconocen sería que se enjuiciaran a sí mismos.
 
Ayer se fugaron trece presos de extrema peligrosidad en el penal de Ezeiza que con la complicidad de los guardias cavaron un boquete como pancho en su casa según el renunciante jefe de servicio Víctor Hortel, que se define como “Negro de Mierda. Peronista. Pincharrata orgullosamente K”. Es un hecho histórico: es la primera vez que un funcionario K asume una responsabilidad.  Cristina dijo que no va a hablar con los “suplentes que me ponen en las listas”. Todo dicho: concibe una administración temporaria como un eterno Patrón de estancia, las listas son suyas, dice que está contra las corporaciones pero le otorga la concesión de la construcción de la represa Kirchner-Cepernic a sus amigos de Electroingeniería a puro sobreprecio. Corporaciones siempre hubo, tratar directamente con ellas es pasar por alto los ya débiles controles del Congreso, la novedad que introdujo el peronismo fue extenderlas a todos los aspectos de la vida política tratando de cooptar con sus ramas el estado de derecho. El discurso de Cristina no fue el de una carmelita descalza: suena a una versión Mussolini 2013.
Ahora confunden la crítica con el odio. Durante la dictadura y en parte durante el menemismo también se decía que los que denunciaban hechos de corrupción eran profetas del odio. ¿Fueron  actos de amor la entrega de las víctimas de la AMIA a  Irán o el modo en que Carlotto obró con los hijos de la directora de Clarín sin ninguna prueba?¿Por qué se niega a recibir a los qom, a un cara a cara con Félix Díaz, para escuchar su versión directa de hechos aberrantes como si lo hizo el Papa? La relación con otro que no esté formateado a la medida de los medios K parece estarle vedada.
Fue nada menos que Oscar Parrili- el ex diputado menemista que argumentó en diputados la privatización de YPF- el que llamó a Lanata “asesino mediático" como si un simple programa de TV fuera más peligroso que los fugados del penal. Aunque todo lo que dijo Lanata fuera falso el gobierno actuó como si fuera cierto como dijo Daniel Muchnik, sangrando por la herida en vez de dar una conferencia y desmentirlo con pruebas. Sabatella pidió que el pueblo fuera por él, Atilio Borón sueña con participar en el pelotón de fusilamiento que ejecute a los asesinos de Chávez que como todo dios nunca pudo morir de muerte natural, desde España, Firmenich llama a tomar las armas para defender al gobierno de Cristina como si no se hiciera a sí misma un seppuku al incendiarle la provincia y hartarse de humillar a Scioli para luego presentarlo como si no hubiera pasado nada. Parrilli y secuaces obran cobardemente, dando patente de corso al loco que considere que salva a la patria elminando a Lanata como si él fuera responsable del clamor del urnazo en el conurbano: “No es la ideología, estúpido, es la inseguridad”. No es un simple clisé. Les pega fuerte que maten a familiares y vecinos y les digan que es una sensación o exageración de los medios.  
El relato no pudo resistir a la prueba del principio de realidad y ahora nos enteraremos de casos y cosas que nunca hemos soñado, afines a un grupo de megaladrones santacruceños  que quiso constuirse en dinastía hereditaria, algo que comenzó a frustarse con la muerte de Néstor.
Mientras el delirio que ya pide linchamientos prosigue  muchos kirchneristas que quieren sobrevivir al fin del relato comienzan su diálogo con Massa convertido en gran reclutador de lo que venga. Con él están De Mendiguren y Duhalde, dos expropiadores y golpistas de 2001 y el infalible gatopardo Felipe Sola: el kirchnerismo agoniza pero la continuidad del maffionalismo está asegurada. Si Cristina persiste en su megalomanía, en negar la realidad disparando anatemas contra propios y ajenos pronto ningún peronista habrá votado a los Kirchner como ya sucedió con Menem. 
Supersónica reaparición de Cristina.
Cristina es supesónica, pierde una elección por paliza, reaparece y ya cabalga a la velocidad del sonido.En una maratónica reunión en Río Gallegos Cristina abdicó del tercer mundo: la Argentina está mejor que Australia y Canadá, países que registran los mejores índices del mundo y que en los años cuarenta estaban en paridad que nuestro país. Con Cornide firme y asintiendo como en los tiempos de Videla y otros aplaudidores del monólogo. Una inesperada traición al tercer mundo: adiós Cuba, chau Venezuela, ya estamos en el primer mundo, les regalo a estos países a los oligarcas. La magia "neoliberal" de Menem se quedó corta, que dirán los muchachos cartabiertistas, Borón, Laclau y los ideólogos que pasaron días y noches predicando por la unidad latinoamericana bla bla bla.Tendría que despedirlos por inútiles y retribuirnos tanta plata y viajes que Don Pedro pagó. 
Al mismo tiempo que pedía inversiones, La Cámpora quiere rajar a Lan de la Argentina, estos parásitos que pierden millones por día no soportan una empresa exitosa con la que no pueden competir. Se perderían miles de puestos de trabajo de puro capricho ezquizoide. El primer mundo lo es por respetar los contratos. Al indicarle la agenda a los "los que tienene la pelota" que trató como a "suplentes", sin periodistas que hagan preguntas molestas- algo que se acostumbra en el primer mundo- su discurso ha entrado dulcemente en una dimensión inimputable. 
Es de esperar que no sufra una "explosión sónica"- de la que tratan los fisicos- que la aturda definitivamente.
 
El nihilismo paroxístico del kirchnerismo.

El chiste de los uruguayos acerca de que si le entregan la llave de la ciudad a Cristina tendrán que cambiar la cerradura da la imagen de hazmreir que se tiene en el mundo de la Argentina.
Los fondos buitres no existen como concepto jurídico ni es una expresión que se use en ningún mercado occidental u oriental, es parte de una jerga demagógica de cabotaje y de un país que piensa que los contratos se hacen para no ser cumplidos. Lan vino a la Argentina a pedido de Kirchner para tomar a los empleados desocupados de Lapa y de Shouthern Winds. Los gobernadores provinciales no entienden la ofensiva contra una línea que no es subsidiada y da servicios eficientes al país. Es ridículo pensar que  si Lan no existiera Aerolíneas dejaría de perder millones por día. Es precisamente por ser eficiente que los parásitos de La Cámpora la quieren fuera del país. Si el gobierno hubiera abolido las cautelares ya habrían logrado su propósito. El programa oficial 6,7, 8, la bautizó como aerolínea de la oposición. Hay en esta etapa final del kirchnerismo una actitud nihilista llevada al paroxismo que incluye hasta decisiones del propio Néstor. No hay mejor imagen del nihilismo en nuestra cultura que el aplauso del default por los mismos que endeudaron el país y sacaron el dinero afuera.  
Después de un año y medio de la tragedia de Plaza Once, el titular la AGN, Leandro Despouy, cuyas denuncias anteriores al siniestro cayeron en el vacío, confirmó que loa usuarios siguen viajando mal y con mucho riesgo. Los  K, indiferentes, siguen con sus negocios y sólo han pintado algunos asientos de las estaciones. ¿Qué dirán si hay otro accidente, que los trenes son destituyentes y pertenecen a la oposición? Han entrado en una fase autodestructiva que se empeña en no dejar títere con cabeza.
En 2003, Ricardo Lagos, presidente de Chile- que no es de “derecha”- se cruzó con Kirchner y le dijo que arregle con el FMI. Para Lagos era una institución de crédito pero Kirchner necesitaba demonizarlo para redimir a la casta política de los noventa de la que era parte. Lo sustituyó por Chávez que cobraba una tasa tres veces mayor. Griesa protegió a la Argentina todo lo que pudo hasta que la Presidente y sus funcionarios tuvieron la desfachatez de decir que no pagarían de tener un fallo en contra, consta en la sentencia que afirma que no existe un tenedor primario. La sentencia que no es definitiva porque abre la instancia de ser apelada en la Corte Suprema. Por ahora no hay riesgo que embarguen fondos que se giran al exterior, nadie por otra parte puede sufrirlo, ni Don Pedro ni Lan, sólo Chevrón, lo que no deja de ser tragicómico. Lo único que falta ahora es que estos dos incompetentes, Boudou y Lorenzino, que parecen salidos de una película de Woody Allen la emprendan contra la Corte Suprema de EEUU, llamándola águila imperial, la reina de los buitres, etc, para meterle presión.
El Bank of New York no tiene todos los bonos en default, creo que es el 5% y no es mucho dinero, basta compararlo con los sobreprecios de la obra pública y el parate del cepo cambiario.¿Cómo se entiende que alguien que pagó mas de 170 mil millones de dólares al contado, no haya arreglado una pequeñísima parte de la deuda, y dejar que la economía privada (y pública) ingrese plenamente al sistema financiero?”, se pregunta Alejandro María Cardoso. Sólo el nihilismo da cuenta de por qué no quiso negociarse una parte ínfima de la deuda y salir de condición de país en default para seguir el libreto de un relato que presenta a los K como patriotas ante los buitres del mundo al cual de paso se le dan lecciones de ética.
Por cierto que las instituciones globales merecen muchas críticas pero Cristina, en vez de seguir buscando coartadas para salvar el sistema financiero internacional debería sustituir ya mismo a Moreno, Kicillof y todos estos apólogos de la inseguridad jurídica por economistas afines al modelo que no podrían acusar de “neoliberales"  
Si los fondos buitres son aves de rapiña el Estado argentino es un ave prehistórica recalcitrante que estafa a propios y extraños y culmina en su pasión autodetructiva por devorarse a sí mismo y ya se sabe quiénes se enriquecen y quienes pagan los costos.
  La deducción especial para la cuarta categoría del Impuesto a las ganancias por la cual los que ganan hasta $15.000 bruto mensual no pagarán este tributo supone un doble chantaje: por un lado regirá hasta septiembre como un premio especial a los que voten al gobierno, por otro, como observa Carlos Maslatón en los recibos de sueldo se deberá aclarar que "la exención de Ganancias es un beneficio otorgado por el Poder Ejecutivo". Rechazo completamente esta disposición y exhorto a todo el empresariado nacional y extranjero que opera en Argentina a rebelarse contra esta frase propia de la era del feudalismo y del absolutismo monárquico, o sea de los sistemas que gobernaron Europa entre el año 476 y el año 1789 después de Cristo. El régimen gobernante, está clarísimo, considera que es dueño de todo el patrimonio del país y de las personas que lo habitamos y decide, cada tanto tiempo, otorgarnos beneficios producto de su liberalidad como buenos déspotas. La obligación presidencial carece de todo fundamento legal y debe ser desobedecida sin más.” Entre tanto, la Argentina importa trece mil millones de dólares por año en energía por la destrucción del sistema energético que no encuentra solución.
¿Golpismo? El golpismo en todo caso viene por parte del gobierno que olvida que sólo el Congreso tiene facultades tributarias y se niega a dar a conocer a la Legislatura de Neuquén el oscuro contrato con Chevrón.
 
El “modelo”, el “socialismo bolivariano del siglo XXI” o la “década de mayor crecimiento de Argentina en sus 200 años de historia” comienza a hacer agua y grandes rumbos se abren en babor, estribor y el casco de la nave. Presurosos, toda la primera clase, con sus chalecos salvavidas de última generación, sus GPS a prueba de humedad y balas, y chóferes y guardaespaldas, se apiñan en cubierta junto a la borda a la espera del bote salvador, escribe Salinas Bohil, asombrado de las reconversiones ante el naufragio.
Milagro Sala dijo que “el kirchnerismo se vaya a la mierda”, Carlos Kunkel que nunca fue kirchnerista sino peronista y Eugenio Zaffaroni se va de vacaciones a Alemania para no poder el cuerpo en el voto sobre la Ley de Medios y afirma: “ me queda un año en la Corte, espero que pase rápido”.. Hay que descontarle esa ausencia de su sueldo y recordarle su descarada confesión de vagancia.
Los anti K de la primera hora, tantas veces acusados de golpistas, ahora tendrían que sostener a Cristina para que termine su gobierno y no renuncie. Esto no supone abandonar la crítica que deberá apuntar a la cultura que produjo esta pesadilla para que no se reproduzca.
Suena a chiste pesado pero Amado Boudou como presidente de la Nación profundizaría la última etapa del modelo: el caos. 
Pase lo que pase por lo que se ve es posible un acuerdo entre Massa, Macri y el gobierno para asegurar la continuación del PJ en el poder, todo hace pensar que la continuidad del maffionalismo está asegurada.
 
 
 
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jueves, 15 de agosto de 2013

La imposiblilidad de no ser la Mujer. Por Luis Thonis


¿Querer estar por encima de todo entre dos tendrá algo que ver con lo que llaman soberbia? El montaje perverso se instituye por pavor a que se tenga que renovar la vida y la ilusión de que es posible suprimir, silenciar el entre dos, encontrar una solución final para algo que no existe pero que en ella insiste de modo capital. Si no hay nadie, hablaré con las flores, dijo el místico. Se trata de refutar como superfluo el choque del entre dos que reactiva la vida. Ella está en incesto consigo misma, se toma por el Origen, todo lo que le hace mella le molesta pero lo que no le hace mella también, está atornillada en la tarea de completarse a sí misma.
Si algo no se le puede reprocharle es que no trabaje como quien es esclavo de su origen. Ser La Mujer o la Matriarca o reventar. Erdorsain a veces tiene cara de mujer.. " Los hombres sólo sirven para llevar a los hijos al cine o a pasear", podría decir a lo Duras o sólo estar con mi nieto no me debilita. No se trata de amor sino de servir al Otro para luego destruirlo, la suya es una perversión de manual. Todo Tercero- posiblidad de corte- ha desaparecido, sólo queda el entre dos fatídico, acogotado, gélido y lunar entre ella y el Otro. 


Ni rastro de un padre, si queda alguno se esmera a que desaparezca como rastro de arena en la playa, tine que ser niño más. Algo pasó mucho antes, está en los mismos orígenes que no están antes sino aquí ahora. en nuestras narices. Ni cien amantes pudieron separarla de ella misma, esa mujer nunca fue amada, nadie puedo entregarse porque su relación con su origen era un rechazo de antemano, sólo puedo estar con alguien que no interfiera en eso, que no la amara y pasara por alto su vocación de extorsionar, vengarse del Origen que no la constituyó desde el vamos como un todo, tomarse por él, eso insiste...a medida que va volviendo impotentes a los otros, los vence, es derrotada por la imposibilidad. Para la Mujer- lo contrario de una mujer singular- el padre es uno más en la multitud de los niños: hablo sólo para la multitud, es decir, para nadie. 
Quiero que vengan los poderosos, les probaré que son hombres- falos- niños. 
La multitud no es más que un conjunto de niños- padres incluidos- que vive engañada y se torna amenaza cuando se aproxima un tercero "debilitante".
Cuando se esfume, disipe, caiga la imagen de La Matriarca quedará reducida a lo que siempre fue, algunos dirán una pobre mujer.
Al estrecharse hasta la axfisia el entre dos el diálogo se vuelve imposible, todo lo aspira su vasta y estéril femeneidad que fascina a las mujeres cuyo fantasma es tener al padre como a su niño. A su vez, los hombres que creen que el Padre está vivo para seguir gozando en la horda quedan atónitos al atribuir un poder omnipotente a esta transformación del padre en niño y se vuelven sonámbulos fetichistas que ven su última fortaleza en él.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Caín. Por Luis Thonis



                                 

Abel no llega y se está haciendo de noche. Habrá, creo, dos o tres luces más, las suficientes para que desde un instante que comienzo a percibir como tardanza vuelva a preguntarme si ha de llegar y si mi paciencia es la misma que el del cuidador de enfrente. Si él aprecia como yo esas tonalidades glaucas, esa especie de cristales manchados por tegumento de equino, esos colores que caen como de lejanos nidos apurará su paso. Veo todavía en ausencia su imagen somnolienta y pienso en si alguien lo verá idéntico a mi mismo. Todo guardián quiere ser idéntico a otro, pero para que esto suceda así alguien tiene que venir y en ese sentido somos custodios de un paraíso que lo será a medida de nuestro desconocimiento. Si nadie viene es que todos somos guardianes y tampoco hay otro lugar para nosotros que el que ocupa nuestro cuerpo. ¿Por qué siempre alguien tiene que venir y otro tiene que esperarlo, suponiendo que el que espera es el mismo que viene? No son preguntas que se hace un guardián. Las hace porque otro no viene y le falta su media moneda y deja de serlo. Si nadie viene mi visión se puebla de unas saetas arremolinadas, pienso en un moblaje y en una lámpara veneciana, en las muselinas y la noche y la luz van entrando en una nebulosa.
Mejor que alguien venga incluso si es para peor. Pienso en una secuencia infinita de términos en donde cada punto se desvía en una ínfima cantidad de otros y en ese límite, me digo, surgen la tardanza y la espera. Admito que el guardián no debería estar esperando que alguien venga salvo si se trata de otro guardián. Sin embargo, estamos esperando a todo el mundo, no todos vienen con buenas intenciones, al contrario.
Tampoco Abel tendría que pensar como yo. Pero si no lo hace y el que viene es un enemigo la vigilancia sería inútil. Tiene que estar dispuesto para quien sea, incluso si pertenece a otro planeta. Y quien tenga que venir de un supuesto más allá no puede tener caprichos fantasmales,  no puede hacer esperar a un guardián, sea yo u otro.
Dos guardianes, en realidad, hacen pensar en una función social necesaria, somos como números o letras inscriptos por el alfabeto de los hombres. Esta tardanza, si es tal, ha abierto un principio de futuro que no se refleja en las flores blancas que rodean las piedras. Todo lo que nos rodea es escueto, parejo, como para que no haya la menor posibilidad de impaciencia en los que llegan o los que vigilan, no importa qué, tal vez estamos aquí, erguidos para que no cundan las analogías y con ellas las historias de la tardanza y la espera, que en su misma disyunción presagian las mayores catástrofes. 
Mi función podría cumplirla cualquier otro hombre, pero precisamente por eso, creo, me han dado a mí esta ocupación. Los hombres verdaderamente importantes son totalmente sustituibles, me han dicho, y he tomado eso como una verdad a secas, pensando que deberían haber dicho prescindibles aunque no he creído en una sola palabra de todo eso. Resulta que conozco a un solo hombre, nadie vino todavía por estos paisajes, es el que estoy esperando. Apenas entiendo lo que significa la palabra “hombre”. Para mí están los guardianes y los otros que supuestamente vendrán un día.  Lo que asombra es que este puesto de vigilancia en cada palmo del terreno no sea visitado ni por una mosca.
La vida vive pero no todo lo que vive es vida. ¿Qué vida es ésta? Una vida perfecta, parece, pero demasiado monótona por esa perfección. Me preocupa más esa secuencia indeterminada que abre la espera, que acaso puede volverse extensible, interminable, multiplicar aleaciones y sinuosidades,
Lo único que se les pide es que si vienen pongan su firma en la entrada y pasen después de ser identificados. Espero que no piensen que somos nosotros, los guardianes, los responsables de su llegada y hasta de su misma existencia. Me parece que la queja de los hombres respecto de la Muerte no se dirige a ella sino a lo que los hombres no han podido arrancarla de sí para luego ofrecerla como don. A la muerte sólo se le pueden arrancar vidas, eso lo sé bien. Es algo que me sugiere este ámbito tectónico, me informa que cuanto estoy pensando no puede afectar en nada a los espíritus y las almas que nunca pasarán por estas puertas.
Ignoro qué hay más allá de ella. No creo que haya existido un guardián que sepa bien lo que vigilia. De lo contrario no podría tenerse en pie un solo instante. Pero si hay un oficio o tarea en la que los hombres creen es ésta. No es que por ser los custodios del mismo infierno se crean ya en el cielo.
El puesto y la actitud del guardián tiene conexión con el cielo. Esto es lo que importa, los hombres no lo entienden ni lo respetan pero están atentos, se vuelven nuestros guardianes, viven vigilando que los vigilemos, nunca vendrán o tardarían en llegar aquí, como sucede con Abel.
Sé demasiado por ignorarlo casi todo y voy volviéndome igual a mi mismo, a lo que creo ser o soy, y en esa identidad olvido a mi compañero, tal vez para notar que está ahí, presente, tan igual a mí y tan diferente.
Igual en su función y desemejante en su pensamiento: admiro su empeño en jugar su papel con una perfección y una calma tan total que apenas si se le mueve un pelo. Yo, en cambio, soy un guardián inquieto que sería capaz de derribar la fortaleza que cuida, para luego volver a ocupar su puesto como si nada hubiera ocurrido.
Los hombres me considerarían un ser revoltoso y sería lo contrario: el que destruye a menudo lo hace con un anhelo de perfección, que a veces me tienta. Mi par, en cambio, acepta todo tal cual se da.
Incluso la tardanza de Abel, que, por otra parte, no está prevista por las reglas.
Cuántas imágenes ha habido en el universo para que en este instante pueda suspender mi pensamiento para lo cual basta suprimir su conclusión.
No pocos han intentado distraernos de nuestra tarea.
Varios circos se detuvieron ante nuestras puertas y ensayaron toda clase de acrobacia para entretenernos. Obtuvieron de mi parte una sonrisa. Pero nada ha perturbado la mirada de mi par, ni las más hermosas mujeres, que se presentaron con tal semejanza en sus gestos y provocaciones que pensamos que era la misma disfrazada. Yo era menos indiferente, pero ninguna que apareció tenía cejas anchas y negras, los párpados sombreados, la melena retinta, las uñas barnizadas.

Una mujer que sólo admitiría un retoque ante el espejo, ella nunca apareció. A veces Abel se volvía hacia mí, pero sin detenerse en ningún rasgo o expresión, sin apartarse de su laborioso silencio. Yo lo vigilaba sobre todo a él a la espera de que se decidiera a hablar conmigo pero siempre estaba en lo suyo, en un impenetrable silencio. He estado por años tratando de hallarle una expresión de impaciencia. Este es el único aspecto que nubla mi tarea al punto de volverla insoportable. No es posible, este hombre no es humano, me dije más de una vez, hasta yo he tenido impaciencia, no por algo, sino una impaciencia vaga, referida a un punto lejano del horizonte, cuando veo las capas del cielo oscurecidas, incólumes, ni transversales ni horizontales y me veo ante un horizonte que absorbe su misma verticalidad, curvándose apenas pero de manera continua, que hace que el que llega eche una mirada nostálgica hacia atrás, más por la forma del espacio que por todo lo que deja tras de sí, porque el hombre sabe que al entrar aquí podrá imaginar cuanto quiera, sabrá que la memoria es una forma finita de unas pocas etiquetas ante el inmenso olvido que lo invita a hacer y realizar todo lo contrario de lo hecho en tierra.
Mi curiosidad no es tanto que alguien se convierta en otro, vuelva a vivir, por ejemplo, la vida de alguien muerto hace dos siglos, sino qué síntomas corporales supone eso, cómo se da en el cuerpo concreto. Todo lo demás pertenece a la fantasía. Con ella los hombres pueden hacer cualquier cosa, volverse otros, pero no cualquiera.
Pienso en mi penúltima existencia y percibo una nebulosa de caras y de rostros, de acendrados objetos y mujeres bellas con las cuales pasaré largas tardes, entre la cadencia de unas flores, amándolas o tomando el té, pasando de lo erótico a lo más mundano siempre con armonía y discreción, como quien pasó de guardián a un seductor que sabe cuidar sus presas.
Acaso Abel tenga esa respuesta y es por eso que demora. No sabe, imagino, cómo notificarme en un ámbito donde hasta la sombra de un árbol conmovería esta dócil atmósfera donde las cosas se refractan levemente, pierden los contornos agudos, punzantes, que me hacen pensar que no he sufrido una sola reencarnación sino tres, muchas más, he dado la vuelta por una rueda de siglos y pasado por múltiples identidades. Pero ya dije que no es eso lo que importa. No tengo nada de un santo y sin embargo mi ascetismo actual bien podría confundir al profano.
El único testimonio que tengo de esa una o múltiple reencarnación, son retazos de lenguas, por ejemplo: le précieux gain du temps. Aquí es fácil sentirse universal, pero cada quien tiene su lengua y sus hipérboles, las lleva como una carga, lo que me hace acordar a esa expresión religiosa de los sepulcros blanqueados. Y el lenguaje dice la mentira a otros ésta deja de ser total porque ya es compartida y no es ella sino, pienso, el hecho de que sea común lo que vuelve a los hombres sepulcros vivientes. No sé si existe algo como la universal mentira pero si tuviera que dar un ejemplo sería el de un Dios que no exista: sería una mentira universal compartida, o sea, una verdad total. La verdad está, creo, entre las imágenes que perduran en los hombres, la soledad, la noche, la prisión, el guardián. Soy modestamente una de esas figuras. O lo he sido, porque si no viene Abel todo de pronto se derrumbará, sería el primer hombre que ha faltado a la cita.
Acaso Abel sea un filósofo y enterado de que soy el primer hombre que se  atreve al pensamiento y está buscando argumentos para refutarme. Eso mismo hablaría de la ingenuidad que nunca ha faltado en los grandes filósofos. Abel no tiene que convencerme de nada. No tengo otra certeza de la de ser guardián de un espacio que no podría definir. Definir este lugar no sería menos riesgoso que esta espera que abre una serie interminable. Seguro que Abel piensa todo esto en términos de poder. El es el librepensador, el filósofo, y uno tiene que volverse el poder que limita la libertad para que no se produzca el caos. El apestado que salva de la peste es doblemente apestoso.
Se equivoca: toda libertad es relativa y en este lugar no tiene sentido cometer un acto o no cometerlo. Vedada la idea de acto, lo único que tiene que hacer es dejarse llevar por su imaginación: he aquí esa libertad que en el mundo antiguo encarnaba en las fábulas y los relatos. Los filósofos siempre han estado ajenos a la acción, pero fascinados excesivamente por ella: la hipérbole del filósofo es precisamente la acción. He visto pasar a filósofos, que eran parecidos a  deportistas, o a vedettes, si se trataba de mujeres. La fascinación por la acción los volvió semejantes a esas figuras, aunque en su forma grotesca. Casi todos los sistemas filosóficos apuntan a un bien general, incluso a través de males necesarios como las revoluciones y sus garantizados fusilamientos. A menudo, lo único que logra hacerse bien es hacer añicos los cristales y el hombre que se dice puro y ético no tarda en morder el anzuelo de una nueva opresión. Para mí, si algo ha de salvar el mundo, no es con una teoría del bien, sino con el buen humor de los buenos. Vuelvo a decir con modestia que ese humor creo tenerlo a veces. Abel también tiene el suyo, pero ha gozado de todos los privilegios que me fueron vedados. La mayor de las injusticias fue que él apenas si vigilaba, echaba una mirada en el horizonte para ver a veces libélulas de color azul oscuro posándose sobre flores acuáticas.
Siempre, aseguraría, si quien tiene que venir no pone a prueba a mis alarmados nervios. Creo que a cada filósofo no le vendría mal pasar una temporada de guardián: le cedería mi lugar sin protestar, aunque a mi edad no podría ocupar otro oficio, porque tengo hábitos difíciles de cambiar. Verme en otra actividad sería para mí algo exótico.
Tal vez mi oficio adecuado sea el mismo de quien vendría quien sufre un ataque de epilepsia o estarse una hora cuidando el sueño de hombres que empiezan a ser imaginarios desde el momento que cruzan la puerta. A mi no me molesta que cualquiera que venga y pase me mire como queriendo saber quién soy y con total arbitrariedad procure asimilarme a las figuras que hicieron su destino: si el hombre fue perseguido ve en mi un perseguidor, si el hombre le gustan sexualmente los hombres, me ve como un posible semental, si es una mujer abandonada., me mira como quien acecha en el otro la posibilidad de un fraude, si alguien ha robado al fisco, cree que tiene que ofrecerme un regalo y así sucesivamente.
Yo no pido ni doy nada. Me molesta que el tipo quiera encontrar respuestas en mí. Lo único que quiero es que se cumplan las normas: que el tal Abel venga de una vez por todas. Me prometo por un tiempo vedarme de todos los recursos groseros de la familiaridad con los que llegan y adoptar una actitud más impersonal, como lo hace el guardián de enfrente. Es una forma de autoculparme por la tardanza del guardián de enfrente. Seguro que no se debe a alguien que ni conoce ni imagina remotamente.
Me vuelve la tentación de comentar esa demora. Enfrente ya no habrá un guardián. Abel ha renunciado a su puesto. ¿Por qué no había de hacerlo yo? ¿También en eso quería privilegios? Cada vez que pienso en él lo descubro más rudimentario, con un collar que le muerde la garganta. El hubiera permitido que se asesinara a mucha gente al abdicar de su lugar, mi tarea de guardián fue evitarlo. Fue mi último acto, un ramalazo de enajenación al que se buscarán razones y motivos por los siglos de los siglos, ya mi función no tiene sentido, me voy yendo antes de ser despedido abruptamente. Ahora estoy seguro de que está bien muerto. Algunos dirán: no hay mejor remedio para la tristeza que el crimen, lo cometerán y seguirán maldiciéndome, pero nunca sabrán de lo que es ver correr el néctar de la sangre, cálida y roja, por primera vez. Harán correr mares de sangre tumefacta, semejante  las que corren por sus venas, cometerán sus actos como despanzurrando una lagartija, sin saber que son asesinos.
Ya no tendré ante mi rostro esas ínfulas de severo orgullo. Si alguien, el jefe de esta prisión que para algunos era el paraíso me pregunta por él le responderé que he sido el guardián todos los hombres, de toda la especie, el primero que ha saboreado el néctar de la sangre del prójimo. Me volveré jiboso, encorvado, ahora aquí entrarán por miles, por mucho tiempo van a maldecirme pero con el tiempo aprenderán que sólo fui un refrigerio ante los sucesores que disputarán mi puesto. Al repetirme esto una y mil veces en la punta de mis labios vibran reminiscencias del futuro que ya soy.