martes, 20 de enero de 2015

Los fabricantes de la abyección y la cultura de la servidumbre voluntaria. Por Luis Thonis



Espero que los que a propósito del atentado en París quienes defendían la libertad de expresión a rajatabla ahora no se molesten porque en las redes o la calle se llama a CFK “asesina” y la absuelvan prematuramente de toda culpa y cargo a la principal responsable de dos de los hechos más aberrantes de la historia argentina: el pacto con Irán y el asesinato del fiscal Nisman.

La libertad de expresión es libertad para blasfemar y supone ante todo la de escuchar lo que no se quiere oír. Aun si no tuviera que ver directamente con el hecho CFK es la máxima responsable y cómplice de quienes formando parte de su elite lumpen lo hicieron con un guiño por lo menos implícito tras haber amenazado día y noche a Nisman si se presentaba al Congreso. También son compadres los que banalizaron el siniestro pacto con Irán y se pasaron décadas diabolizando a Israel y censuraron toda posibilidad de defenderlo.

El nombre judío resuena en los atentados de París- no hubo uno solo, recúerdese al asesino serial Mohammed Merah de la masacre de Toulouse entre otros- y cuatro más que no hicieron ni caricaturas y en la Argentina que sumó otra víctima a la AMIA al mismo tiempo que el kirchnerismo que ya era un estado policial por hechos ínfimos- como el de enviarle la AFIP a la familia del muchacho de familia pobre y becado que le preguntó en Havard por su patrimonio personal- entró definitivamente en una fase de terrorismo de estado. Contra lo que predican sus ideólogos el terrorismo que practica el cristinismo es de ultraderecha: a diferencia de los montoneros del 70 que exaltaban sus cobardes asesinatos incluso con fiestas- como se hizo en la Facultad de Letras tras haber acribillado a Mor Roig- el estilo de Cristina ha retornado a los tiempos santacruceños de la dictadura militar cuando los K eran cómplices de la ultraderecha que no asumía sus crímenes y sólo puede coexistir con la etapa donde montoneros ofició para Massera. Cuando Berni llegó antes que el fiscal a la "escena del crimen" como lo dice el mismo comunicado oficial lo hizo como en los tiempos donde se eliminaban los rastros.

El cristinismo es tan de ultraderecha como pueden serlo Milani, Massera, Merah o Irán donde no hay comunista que o izquierdista que haya quedado vivo. La función de los Horacio González es proporcionarle una estética de izquierda.

Llamarla “asesina” no es una blasfemia.

Los hechos de París y Argentina son parte del montaje de una guerra mundial que tiene como objeto Segunda Shoá de la cual los medios no tienen ni noticia y siguen negando con hipocresía y buenismo. El asesino de Tolouse de niños judíos y la militante PJ de Tolosa son parte de un mismo combate pro genocida y el nombre de asesinos les queda corto.

Veamos algo de lo que escribió CFK: “La muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?

En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida: la tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina,” ha escrito CFK por facebook a propósito de la desaparición del fiscal Alberto Nisman cambiando otra vez la carátula: al principio fue suicidio, ahora ella se interroga pese a ser la principal acusada por “fabricar inocencia” según la acusación de Nisman sobre los victimarios y ahora responsable de su ¿crimen? ya que no le dio una protección necesaria.

Es curioso que la abogada exitosa, notable oradora “una gran parlamentaria” según Beatriz Sarlo, la musa de los correctamente políticos, que firmó contra Israel como estado genocida y demostró ser la superburra que es cuando la refutaron y no dijo una palabra contra el pacto con Irán y ahora se desgarra las vestiduras en la manifestación- se exprese por facebook para no dejar de autoelogiarse por su notable actuación en el caso AMIA y desplazar la responsabilidad como era previsible a la CIA para aliviar a su rebaño de izquierda

Tomando sus palabras iniciales uno podría preguntarle: ¿Qué fue lo que la llevó como empleada pública a entregar las víctimas argentinas por innegables beneficios a los ayatolas de la muerte que aun si tuvieran la mejor voluntad no podrían juzgar a sus propios funcionarios implicados porque se manejan por una ley islámica que se llama Sharia aparte de haberse cansado de mojarle la oreja a la Argentina?  

Ni siquiera el propio Nisman le dio importancia a las revelaciones de José Ricardo Eliaschev al inicio del caso. En la Argentina hay pocos Eliaschev que dicen las cosas cuando hay que decirlas y está lleno de sarlo-oportunistas complementada por los Horacio González. Es el escenario cultural que dejó sólo a Nisman. El de una izquierda que nunca cortó amarras con el estanilismo y a este gobierno fascista le fabrica una estética a medida.

La fabricación de la inocencia de los victimarios no es sólo obra de CFK sino de la extensa franja cultural de complicidades que se extiende desde los ideólogos del populismo- especialistas en legitimar la impunidad de ella y secuaces- al progresismo de izquierda sumado a los rebelócratas de vanguardia- los que están contra el “sistema” y son el mismo sistema que los premia- que estructuran la cultura de la servidumbre voluntaria y que acusa de “derecha” a todo aquel que diga las cosas por su nombre y afecte el espacio sagrado de las cosas mil veces dichas y han sido siempre cómplices del estado policial K que ha derivado ahora en terrorismo de estado. 

Están en un mismo combate cultural: lo único que le interesa es actualizar el mapa “sagrado” de los setenta que supo dar tantos réditos. Esta forma elegante- aberrante de la negación puede  y donde los crímenes contra la humanidad de Irán o Alquaeda se disuelven en la Biblioteca

Mediante una calculada sobreactuación identifican el Bien al consenso y sólo hablan de lo que está prescrito en los medios por pánico a desentonar. Israel es el malvado, sea, pero decir Irán se volvió moderado es insultar la inteligencia: nada de patear el tablero. Esto permitió que a nivel popular se diga como me cansé de oír: ¿de qué se quejan los judíos si asesinan a los palestinos? No soy antisemita sino antisionista, dice el que ama a los judíos gaseados en Auschwitz pero odia a los que se defienden con armas en la mano de los ataques masivos que sufren de los estados árabes desde 1948 y al que por no vencer vencer le inventaron un estado cuya función es victimizarse en función de la Segunda Shoá.

Irán, luego, era más verosímil y potable que Israel. ¿Y si no hubiera ningún argumento serio en su contra? El consenso y la ignorancia voluntaria no permiten argumentarlo porque es una certeza que viene de décadas de cultura progre. La de Nisman era una muerte anunciada. La cultura de la servidumbre voluntaria posibilita a los fabricadores de la inocencia y la resultante es la abyección de un país que ha banalizado a sus víctimas en complicidad con el mismo estado a que se ha hecho merecedor.

El propio Eliaschev era sospechoso de no ser políticamente correcto, es decir, abyecto.

El tratamiento del tema Irán desde su inicio pero muy especialmente  a partir del pacto de CFK y la indiferencia casi convencional, “natural” con que se trató esa gigantesca aberración desde políticos a intelectuales habla de un ¿suicidio? o un cohecho con el crimen indiferencia de la sociedad argentina que no se escandalizó que se entregaran a las víctimas como mercancías en vez de transformar su ruptura en la piedra angular de un país sin mafias y una cultura que no sea una blindada defensa corporativa.

Para esto no son necesarias las escuchas ni la interna de la ex SIDE ni el actual SI, basta limitarse al crecimiento de los negocios entre Argentina e Irán y la “decisión de quitarse la vida” del fiscal justo antes de tener que ir a declarar en el Congreso y donde no era muy bienvenido por la principal acusada ni por los amenazantes mensajes de Diana Conti, D´Elia y de La Cámpora,  los principales fabricadores de inocencia para que siga la fiesta y los superzombis oficialistas le echen la culpa a la banalidad de facebook como si la muerte y los crímenes fueran virtuales- tan alienados están a lo que critican- sin saber que aluden a una empleada pública que habla como monarca: la desaparición- ¿asesinato?- de Nisman me hace dudar que esta asociación de megaladrones y criminales quieran irse por los votos.

La cara tragicómica del asunto es que si no se actúa, tanto CFK por un lado como Irán por el otro comenzarán a investigarse a sí mismos para seguir fabricando inocencia, tanta que nos empuje a una arcadia pacificada propia de muertos vivientes que ya estamos respirando.

 

 

 

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