domingo, 28 de abril de 2013

Un héroe para la Argentina actual. Por Luis Thonis

El Che no es imputable sólo porque fusilara gente e incluso la torturara en la Cabaña con un habano en la boca y condenara a muerte a todos sin pruebas, consideradas triquiñuelas burguesas, como me contaba mi tío y luego se comprobó. Esto es duro pero es verosímil en un proceso revolucionario. El tema para mí es su radical descerebramiento, nunca puede imaginarse un idiota mayor: convenció con Raúl a Fidel del giro hacia el modelo soviético y no la democracia planteada en Sierra Maestra, quemó todas las plantaciones de azúcar como ministro de economía de la que Cuba nunca se repuso, hizo desastres en el Congo, escandalizado porque los combatientes negros fueran a los prostíbulos, inició con Walsh una primera guerrilla en la Argentina contra la "dictadura" de Illia que terminó con dos muchachos fusilados por Massetti –y de la que Walsh no dijo una palabra–, inició la guerrilla en Bolivia en un lugar donde lo comían los bichos y se la pasaba entre cagaderas, ganándose la hostilidad de los campesinos bolivianos que defendían su parcela de tierra cedida por Barrientos, y también la de los campesinos congoleses y cubanos, a los que hacía trabajar sin tregua. Sus críticas a la Unión Soviética fueron por sus tímidas aperturas al mercado, siempre fue fiel a su “viejo y llorado camarada Stalin”. Apenas si tiró unos tiros a un asalto a un tren y fue presentado como guerrillero heroico. Su táctica genial fue hacer de la Cordillera de los Andes un equivalente a Sierra Maestra. Llevó a la muerte a miles de jóvenes en América Latina, mis amigos se pasaron al ERP y antes del intento de la toma del Comando Sanidad, les dije: “Los están esperando armados hasta los dientes”. "Les ganamos, son cagones", respondieron. Ésa era la táctica zombi que les metió en la cabeza, si todo fuera cosa de valientes y cagones nadie habría escrito tratados sobre la guerra. Por eso y por otras tantas cosas, para mí es el indiscutido Rey de los Imbéciles, lamentablemente el héroe adecuado para la Argentina actual.

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