martes, 5 de febrero de 2013

Ricardo Forster y la pornografía de los ideales. Por Luis Thonis




                                                                   “Quien quiera hacer el ángel, hace la bestia” Pascal.

El kirchnerismo se ha constituido mediante la articulación de dos paradigmas: el golpe fascista de 1943 que da lugar a un revisionismo nacionalista refutado por Halperin Donghi y el paradigma guevarista de los tres Vietman de los setenta que ya estaba errado en esa época porque trasladaba una guerra de tipo colonial a países de relaciones capitalistas y tenía como modelo a Cuba- una estafa ideológica sostenida por décadas- donde no son respetados los derechos más elementales, entre ellos el de reunión y del de huelga y nadie ha podido investigar sobre las decenas de miles de asesinados, desaparecidos y torturados por la Seguridad del Estado. Entre ambos se gestó lo que en Una generación de granito- en la polémica que surgió a propósito de la valiente carta de Oscar del Barco- caracterizo como la transformación de los ideales del setenta en la “pornografía de los ideales” y programación del sujeto como zombi terminal. .El capital moral se sostuvo en los todavía "enamorados del odio de los setenta" según Fabricio Ferrante y la cultura que contribuyó a crear una nueva generación de resentidos y fanáticos que está en el corazón de un modelo que sólo es eso, el resto es soja y suerte. Pero el odio era más histriónico que verdadero. No era el odio en estado puro y de clase de Evita. Era el odio propio de los que entregaron compañeros. Algunos lo hicieron bajo tortura, no pudieron soportarlo y terminaron suicidándose. Pero en su caso fue por cobardía y "para hacer platita" por el cual podían estafar a la pobre gente y de modo que sorprendían a sus propios compañeros. Por eso decidieron reinventarse como lo que nunca fueron y la sociedad entró de cabeza en esa movida:los recibieron con los ojos vendados y los brazos abiertos, no como representantes del PJ santacruceño en los noventa sino como sacerdotes de lo siniestro, de una deuda que tenían que pagar. No importó que alguien haya estado en contra de la dictadura. En la reescritura de la historia tenía que haberlo estado por no ser un converso K y así editorialistas de Massera, Gerardo Martínez y Manzano pasaban al campo de la decencia popular y "los días que conmovieron al mundo." 
Estamos ahora ante la caída de esos paradigmas y la degradación de los discursos oficiales lo constata. Que Macri le haya hecho un monumento a Ho-Chi Min sin saber qué clase de tío fue- hay que leer El Gulag vietnamita de Doan Van Toai para enterarse- muestra el vacío de este paradigma que retrospectivamente pone de manifiesto una estafa de décadas donde la ausencia de información juega un papel capital.
La renuncia de Taiana, el desplazamiento de Righi, el asesinato de Mariano Ferreyra, la justificación de las prácticas aberrantes de Insfrán y Boudou entre otras evidencias terminaron con el ideal mimético de una posible ética basada en el mito setentista y queda sólo la pornografía nacional y popular en la más obscena de las versiones que ha pasado de la ideología a la videología.
Ricardo Forster es un filósofo que concentra su indignación en hechos supuestamente trascendentes. Pese a pertenecer a un gobierno que es el colmo de la obscenidad se presenta como un filósofo muy educado y un demócrata de convicción. No insulta pero ladra como el mastín de los Baskerville fiel que custodia el Castillo y sigue la política de ir por todo: ahora se trata de tener el monopolio de lo que Borges en un artículo llamó el arte .de injuriar. Los K tienen los bolsillos llenos pero su retórica es pobrísima, monótona, sólo los insultos le dan un poco de color. 

Cuando sus oficiantes dejan de difamar y de insultar no mejoran: simplemente  ladran para luego volver a hacerlo en una función continua de histriones y farsantes. Ahora se dicen profetas de la democracia como el PJ formoseño que pinta un paraíso idílico en la provincia y llama “profetas del odio”, empleando la misma jerga de la dictadura militar, a quienes ofenden la investidura de Gildo Insfrán por rebelarse ante la caza de aborígenes convertida en deporte y violar todas las leyes constitucionales que los protegen. Esto parece más grave que los silbidos espontáneos a Kicillof que disfruta de los dólares estatales para viajar y gana más que Obama. Los medios oficiales trataron de hacerlo pasar por un escrache, pese a disponer de las tropas fascistas de Milagro Sala, Luis D´Elía y el Vatayón militante.¿Es un insulto llamar ladrón al ladrón y estafadores a los intelectuales que encubren a los facinerosos?

Este intelectual de Carta Abierta, salió a responderle a Miguel del Sel por  llamar a CFK “vieja chota” en un espectáculo teatral, vislumbrando como un profeta en este tipo de expresiones  “el fin de la vida democratica”. Su caso no es idéntico al de Darín o el de Pinti que se salieron del programa, hicieron declaraciones molestas y que por el modo de retractarse dejaron dudas si no hubo un llamado que les aconsejaba dejar de criticar a Sissi Emperatriz si querían seguir actuando en cine o en teatro.
Este modo de intimidar siempre ha ido de a mano del kirchnerismo, no me refiero a la factura que le pasaron a Florencia Peña por traición a la patria cristinista o la venganza de baja estofa con la imitadora Fátima Florez mediante de la práctica del sucio secretito sexual sino a las falsificaciones de las declaraciones juradas de Gil Laavedra y Elisa Carrió antes de la elección porteña y la extensa saga de borocotizaciones y compra de voluntades. Se puede a su vez hacer la lista interminable de insultos de todo pelaje y color proferidos por funcionarios oficiales, empezando por Moreno, bastión de un populismo industrial para sus amigos cuyos déficits pagamos entre todos y Aníbal Fernández al cual se lo ha apodado “cloaca” por su verborrea estrafalaria. En una estadística de improperios partiendo de la hipótesis de Forster el gobierno K llevaría la voz cantante en cuanto a decretar por insulto “el fin de vida democratica” que vincula a “lo soez y lo grotesco” como si el estilo K fuera la apoteosis de lo apolíneo.

Para que lo entienda en criollo básico el señor Foster: si el gobierno es tan púdico que por lo menos deje a la gente tener sexo en paz y como Dios manda y utilice los servicios de inteligencia para impedir el avance del narcotráfico entre otras cosas. .
Forster habla como recién egresado de un colegio de señoritas: su púdica sensibilidad se crispa, se vuelve una preciosa ridícula ante una “impudicia brutal” de la cual “no hay mucho retorno”. Ignora que se puede insultar sin decir malas palabras y que el Meiser Eckhart dijo que insultar es alabar. Se puede insultar a Dios de tal manera que ésta sea una forma de amor. Pero aquí no se trata .de Dios ni de dioses sino de prácticas miserables. El mismo es el mejor ejemplo cuando dijo que “la corrupción es un problema poco interesante”: sin decir malas palabras profirió un insulto mayúsculo al pueblo porque la corrupción encadenada siempre ha terminado en catástrofe o en tragedia.
Forster aprueba a estafadores intelectuales como Laclau y Vattimo que proponen como ejemplos para América Latina a Castro y a Chávez- que hoy apoyan entusiastamente la masacre del régimen sirio contra su población-  para seguir dando clases de antiimperialismo en Londres o paseando por la Costa Azul. Hay que dejar de llamar “filósofos” a los filoestafadores que proponen para otros países lo que nunca quisieran para el suyo. 
Ser de izquierda es ser chavista dicen en coro Vattimo y los intelectuales de la servidumbre voluntaria pasando por alto el caos económico y sus bandas que patotean sinagogas y que es la base para la expansión de Irán en el continente.

No es un insulto decir que los integrantes de Carta Abierta son encubridores que le dan dado un sentido sublime al proyecto de una casta que continúa y supera la corrupción menemista y que tiene el visto bueno de los intelectuales cómplices.
Luego de una de la más gigantescas expropiaciones sufridas por las mayorías a fines de 2001- la megadevaluación asimétrica realizada por Duhalde sin mediación del Congreso, entre gallos y medianoche, para salvar a sus amigos del Banco Provincia entre otros con los ahorros de jubilados y los que creyeron en el país, a lo que se refería la humorada de Pinti - Horacio González el 13/1/ del 2002 publicó una nota en Página 12 titulada La multitud creadora donde en ningún momento se refiere a quienes se endeudaron, pusieron la mitad del dinero afuera y luego quebraron para ser licuados por las mayorías, estafadas por el Estado y acusadas por los intelectuales de cuidar sus dineritos y hasta de ser usureros. La clase media endeudada fue pesificada con los ahorros de Pinti y otros emboscados, incluso ganó mucho cuando el dólar trepó a más de tres pesos, pero en las clases más bajas las franjas de pobreza se multiplicaron. Los bancos fueron expropiados y luego compensados con la plata de Don Pedro. Las prácticas de expropiación continuaron al incluir a jubilados en el sistema con el dinero de otros y expropiar las jubilaciones privadas para que el ANSES pagara la fiesta de la propaganda y el consumo.

Horacio González haciendo uso de los  textos de los filósofos de las multitudes-  como Tony Negri- idealiza la multitud del “que se vayan todos” atribuyéndole el decisionismo de Carl Schmitt que será  la referencia cartabiertista por excelencia. La cacerola, dice, “apta para matronas de derecha y pequeños comerciantes porteños coléricos” era la posibilidad de que hubiera nuevas instituciones en la República. Pero la decisión estaba en otra parte, en la clase política que aplaudió el default y vivó a Fidel Castro anunciando el delirio que vendría. Los que pedían que se vayan todos no tuvieron decisión alguna como quiso hacerles creer González al otro día del saqueo. Pronto volverían los atornillados que nunca se fueron, ni siquiera se movieron como los representantes del PJ menemista en Santa Cruz que pasaron a gobernar el país como lo hicieron en su provincia. A estos dos personajes siniestros que estuvieron con los militares y desaparecieron los fondos de la provincia, echando al procurador que los investigaba, los medios favorecidos por la licuación y los intelectuales populistas los invistieron poco menos que como ex combatientes con insólitos compañeros de gesta y descargaron sobre los que estuvieron en la CONADEP desde el primer momento la furia de los conversos. De pronto, las peores corporaciones de la Argentina, Mario Ischii y los barones del conurbano, la mafia sindical y los gobernadores feudales bajaban de Sierra Maestra con Gildo Insfrán a la vanguardia que en 1999 impuso la reeleción indefinida renunciaba a los sueldos exponenciales de Formosa para transformarse en un bienhechor de los qom. Los veinte mil “usureros” muertos por enfermedades cardíacas en 2002 y de todo tipo quedaron en el olvido, los poetas de la servidumbre postulaban la bailanta que suena en el Coto como revolución, los industriales y empresas licuadas adhirieron fervorosamente al nacional populismo que las había salvado con el sacrificio obligado y compulsivo de la mayoría. 

Entonces todos eran duhaldistas. Felipe Pigna llamaba “prócer” a Duhalde que luego de un día para otro fue demonizado de patriota a Padrino porque los K no respetan siquiera los pactos de las mafias. A partir de ahí entramos en una nueva farsa institucional. El ridendo dicere verum- decir a verdad riendo- de la sátira fue una de las voces críticas, limitada pero contundente
En los discursos del 2002 a 2003 que exaltaban el eje jurásico liderado por Chávez en coexistencia con los filoestafadores del pensamiento estaba en génesis el modelo K de la Elite- una nomenklatura de iluminados multimillonarios y sus voceros bien pagos- y el Populacho que va dejando de ser el soberano que enuncia la constitución para entrar en la servidumbre voluntaria como forma de vida: ahora se le quiere vender la relección indefinida como un tributo a la República. Escritores, poetas, artistas se plegaron masivamente para defenderlo con uñas y dientes. El resto lo hizo la contaminación por miedo. Las voces disidentes fueron excluidas y difamadas, tratando de hacerlas cómplices de la dictadura militar o el menemismo, borrando la historia de los K. La billetera comenzó a hacer su trabajo comenzando con Horacio Verbitsky que todavía en 2003 llamaba ladrones a los santacruceños analizando la privatización de YPF y pasó a militar en el marxismo puertomaderista.

La historia tiende a repetirse de otra manera. En las mejores circunstancias internacionales, aprovechadas por los países vecinos para avanzar en calidad institucional según también prometió y mintió CFK., volvió a chocar la calesita: la lógica de los dólares para mi, el Estado, los papeles pintados para vos sigue siendo la práctica depredadora de una casta que no tiene semejaza en los países de América Latina que miran hacia el siglo XXI y privilegian el estado de derecho, que es el verdadero enemigo de los K y los cartabiertistas que en connivencia con filoestafadores- Vattimo, Tony Negri, Agamben, Badiou- que quieren reeditar el castrotercermundismo en clave posmoderna proponen al sujeto como zombi terminal.
La que retornó fue la multitud en el 8N para pedir que no sigan robando, que no la estafen mediante la inflación y que no la maten cuando entra o sale de su casa y por eso la acusen de derechista. Esta multitud ya no era “creadora” sino destituyente, gorila y fascista por querer saber el destino de los impuestos salvajes que paga, entre ellos la aberración del impuesto al cheque de Cavallo, un impuesto sobre impuestos que sólo es posible en una economía delirante como la argentina.

Lo que Pinti no entendió es que el dólar está en la cabeza de los argentinos desde el Rodrigazo porque es el único modo que tienen de defenderse de la continua estafa que sufren de un Estado que destruye la propia moneda. No es que los brasileros sean más patriotas porque creen en su moneda. Creen en su moneda porque Fernando Henrique Cardoso que en sus escritos considera a Chile la primera democracia liberal del continente tomó luego su ejemplo para volver su moneda creíble, nadie fue pesificado en estos países que nada tuvieron que ver con el populismo “neoliberal” de Menem. Hasta que no se entienda que la moneda no se construye con magia sino con instituciones sólidas, que el dinero no es el becerro de oro sino una institución fundamental, Pinti seguirá siendo pesificado por más que patalee y otros lo padecerán más pintados que él.
Lo peor que puede pasarle a un país es introducir las pasiones en el mundo político. Es lo que hizo el kirchnerismo intentando dividir a la sociedad. Forster se acuerda demasiado tarde para plantear un debate de ideas en un universo porno ideológico. Su mayor logro ha sido el vaciamiento del lenguaje político en un permanente espectáculo de Circo. La democracia republicana es un lugar que debe quedar vacío y no ser cubierto por el cuerpo del Caudillo, el Déspota o una Matriarca y señora de los escraches. El “Yo soy Alemania” de Hitler enuncia que este lugar está totalmente cubierto.
Los intelectuales K no son sino metonimias- “olfas”- del cuerpo de alguien que aspira a instituirse como Matriarca, descendiente del dios Keops y que hace tiempo merece un juicio político0.

Es cierto el dicho que los menemistas se quejaban porque les robaban una birome y los K ahora lo hacen cuando les cae un epíteto subido.  Las expresiones de Miguel del Sel en un espectáculo teatral son legítimas en un contexto que Horacio González, con una retórica mucho más inteligente que Forster, define como realidad satírica. El género satírico atraviesa toda la cultura occidental, desde Juvenal y Horacio hasta el nacimiento de los Estados modernos en el siglo XVI y tratados políticos decisivos donde reaparece la tendencia a criticar a la realeza que ya estaba en la poesía latina clásica. En la literatura argentina la sátira surge con La Moda de la generación del 38 y llega a Luz del Día, la novela satírica de Alberdi que década tras década vuelve a interrogar las instituciones caudillistas para volver a ser expulsada: América no será libre hasta que esté libre de Libertadores, repite en referencia al caudillismo Y así podemos seguir hasta llegar a la realidad satírica de Horacio González al que se le puede pasar por alto una megadevaluación pero que ha siempre defendido la existencia de los géneros literarios. Comparto la idea subyacente de que la Argentina es un efecto literario pero leo eso negativamente porque omite el texto más revolucionario que se ha escrito, la constitución de Alberdi, que es un corte con las tiranías: que los filoestafadores refuten cuando se afirma en ella que alguien no puede declarar contra sí mismo, algo común en los países como Cuba que Negri considera "heroico" y en los cuales el Estado hace la “literatura” y cuida de que nuestros sueños no sean pesadillas. ¿Habrá entonces que suprimir la sátira para que los chistes queden a cargo de Forster cuyo pensamiento es inquilino del bostezo? Esto lo digo cualquiera sean las cualidades artísticas de Miguel del Sel. No comparto para nada la introducción que hace el macrismo de actores, árbitros y vedettes en la política: es retornar directamente al menemismo, supone otro populismo donde hay que ocupar lugares sin la más mínima reflexión de lo acontecido en estas décadas. Además, es poco aconsejable  tomar a Sissi Emperatriz como blanco y como gancho exclusivo porque no hace más que llevar agua al molino de gobierno siempre en busca de enemigos que no supongan riesgo. Nadie se imagina a Aníbal Fernández llamando ponebombas a los funcionarios iraníes sino consiguiéndoles plateas para ver a Quilmes. Ahora el modelo que se sustenta en enunciados puramente ideológicos, vacíos y cuya único sustento es la oposición amigo-enemigo que libra farandulescas batallas posteriores a la de Obligado. Ante eso cabe constituir una lengua política para la que no basta tener una oratoria luminosa sino propiciar una base de instituciones que haga posible hablar de política en vez de girar en el círculo vicioso que propone el kirchnerismo y que retrocede a una instancia preconstitucional, antes de 1810, como si la Formosa de Insfrán o la Catamarca de los Corpacci fueran la referencia final del modelo. 

José Mujica, un ex guerrillero que ganó las elecciones en Uruguay no es un gran orador. No citó a Tony Negri ni a Vattimo ni a otros charlatanes que hablan para atenuar la angustia de los consumidores contestatarios. Propuso una "revolución liberal" para su país, retomando las mejor tradición y enterrando el castrotercermundismo y sus ismos actualizados. Se limita a unas pocas palabras de tono cálido y hasta chabacano pero muy precisas para ocuparse de los problemas públicos sin robar y sin acumular poder desde la implementación demagógica del odio y de seguro no ignora que se pueden decir y cometer las mayores aberraciones sin tener la boquita sucia y los dientes muy limpios como se advierte en cada ladrido de Ricardo Forster que nos dice educadamente: no sólo de pan vive el hombre, no sólo queremos los dólares, somos hombres de espíritu, nuestra cara filosofía nos obliga a que  todas las puteadas sean también nuestro patrimonio como a diario lo muestran Hannibal y Moreno, dos artífices del arte injuriar que en realidad no insultan a nadie. Cuando Moreno dice “pueden meterse las cacerolas en el orto”, no es “soez ni grotesco”, cuando Boudou asimila a los periodistas a los nazis empalidece a Churchill, no son insultos sino sensaciones del arte de injuriar, en realidad están homenajeando a Borges y evitando el fin de vida democracia según Forster.
Cualquier insulto que se diga contra el oficialismo se queda corto ante la injuria que significa en el día internacional del Holocausto haber establecido relaciones amistosas de impunidad con otro estado que niega descaradamente la Shoá y que hizo dos atentados en Buenos Aires, uno entre los más probados de la historia del terrorismo. Este juicio  se hará en Teherán, dos de los inculpados son candidatos a presidente y es difícil que acepten arrestarse a sí mismos. De esto sí que “no hay retorno”, parafraseando a  Ricardo Forster que no se percata de la lógica de los nombres indistintos que según analicé en otra oportunidad es constitutiva del nacional populismo y insulta a los mismos muertos, a los asesinados y desaparecidos en  la ESMA al volverla “indistinta” de Festilindo. ¿No tiene nada que decir Foster de esta educación nacional y popular? ¿No es esto más pornográfico que los sucios secretitos sexuales de los videólogos K? ¿Queriendo hacer de ángel no está haciendo la bestia como decía Pascal? ¿Quién nos asegura que Ricardo Forster es más democrático que Ricky Fort?
Eichmann no tuvo tiempo de aggiornarse. Los Eichmann posmodernos practican la banalidad del Bien: el pacto con Irán, que CFK acaba de calificar de “histórico”, los asados en la ESMA, la campaña del desierto en Formosa, el enriquecimiento desmesurado de funcionarios públicos, el uso infame y arbitrario del presupuesto y la TV pública, el estado de los trenes. que siguen siendo riesgosos para los que viajan como ganado, el vergonzante desplazamiento de Righi para proteger al cafiolísimo motochorro le resultan indiferentes. ¿Habrá que hacerle un video? Olvida que El día de la Memoria- selectiva si las hay- los periodistas que fueron expuestos con gorros militares para ser escrachados y escupidos por los niños son hoy repudian los insultos a Kicillof y el escrache a Boudou. Los fans del poder K relacionan cualquier hecho que sea con la dictadura militar como si ésta hubiera terminado ayer. Ellos sólo tienen en cuenta lo que aparece en imágenes porque son reflejos de reflejos y dobles de dobles. Los que tanto trabajaron para idiotizar a los demás terminan embutidos por los gajes del oficio.
Se indignan por las expresiones groseras de un actor metido a político que, dicho sea de paso, debería dedicarse exclusivamente a las tablas y representar una obra titulada Que llueva donde la vieja está en la cueva- no se cuela un rayito de sol- acumulando carnaza para comprar voluntades y pasar el glacial invierno que se viene.

3 comentarios:

  1. muy bueno, Luis, comparto la indignación y comparto el post

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  2. Tengo al menos un lector, hay mucho miedo, gracie.

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  3. excelente, perfecto, muchas gracias Luis, saludos de Ana Baxter

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