sábado, 28 de diciembre de 2013

El nuevo colaboracionismo. Por Luis Thonis.



Se puede hablar ya de una nueva clase de colaboracionismo.

El desfachatado Mahmud Abbas, jefe de la Autoridad Palestina, asistió a un misa en Belén, situada en Cisjordania, celebrada por el Patriarca latino y recordó que Jesús era “un mensajero de esperanza palestino” y acusó a Israel de perseguir a los cristianos cuando es evidente en todo el mundo que la matanza de cristianos a falta de judíos avanza sen Medio Oriente y en Africa a manos de los jihadistas. Para quien sepa escuchar, Abbas dice: la guerra sigue, volveremos a atacar, Jerusalem será nuestra. 
Y el Patriarca bendice. Una farsa total. 
El Papa sigue invocando en abstracto la paz como si el mundo fuera una gran parroquia o jardín de infantes de chicos que pueden portarse bien con un simple reto, o lo hiciera sólo para Dios y no para las víctimas de la guerra contra los civiles que no viene del Cielo sino de los hitlero islamitas.El Papa cumple la función de pacificador que le asignan los Evangelios pero el mundo es más complejo que el tiempo en que fueron escritos.
Hay que informarle al Papa que hubo una historia y que ningún acuerdo de paz es posible con la Autoridad Palestina que no vaya a ser traicionado por ésta. Este criminal multimillonario, admirador de Al Husseini y adepto de la “solución final” en tiempos de Hitler prepara financiado por Europa y con el visto bueno del dhimmi Obama una nueva Shoá y suma a su proyecto al “palestino” Jesús que nunca fue judío como tampoco los fueron los descritos por Flavio Josefo en las luchas de Judea contra Roma, siglos antes de la llegada de Cristo. Al parecer el primer hombre que vio la luz del mundo fue palestino….
Abbas psicotiza y hambrea a un pueblo que nunca existió en términos jurídicos y políticos y que existe solo y solamente para destruir a Israel y es el mismo que persigue y asesina a cristianos indefensos en los territorios que ocupa la Autoridad Palestina.
Sólo un Obama,  que dijo que Israel tiene un “aliado” en Abbas o un John Kerry pueden darle un valor de interlocutor serio pese a que siempre ha violado todos los acuerdos.
Obama ha permitido la formación en Iraq de un estado islámico que mediante atentados asesinó a más de 900 personas en septiembre y dejó otras 38 víctimas en los cristianos que celebraban pacíficamente la Navidad. 
A nuestra canalla intelectual el pueblo iraquí la interesa tanto como el palestino- las aberraciones que cometen con niños y mujeres- o las víctimas de la AMIA. 
Las víctimas sólo importan cuando pueden cotizarse en el mercado de las buenas conciencias, los pueblos cuando pueden victimizarlos para continuar con el negocio de los pueblos oprimidos por el imperialismo: lo que no pueden achacarle no existe. 
El único camino posible para la paz era la Hoja de Ruta, desechada por estos cómicos de la legua que pasan por alto que ni Abbas ni los jihadistas reconocen al estado hebreo.
Ahora Estados Unidos ha entrado en la política suicida de la Gran Dimisión alentada por los zombi pensadores del mundo- de Badiou a nuestro patético José Pablo Feinmann- del occidente terminal y siguen la línea de la Unión Europea, representada por Catherine Asthon ante la cual hasta un Nelville Chamberlain resulta un personaje respetable.
Ya se puede hablar de un nuevo tipo de colaboracionismo: el que propicia el avance criminal del extremismo islámico en nombre del pacifismo.
Israel está hoy más solo que nunca, los cristianos de Iraq, Egipto, Sudán y Nigeria también, nosotros estamos solos nada más que por obra de la vocación suicida de una civilización que como la Unión Europea desconoce en sus fundamentos las palabras “guerra” y “soberanía”. 
Alá es grande y hay que portarse bien porque los barbudos polígamos pueden molestarse.
El último fallo del Tribunal de de los derechos del hombre ya considera poco sostenible el concepto de genocidio, elaborado por Rafael Lemkin a propósito del sufrido por los armenios a manos de los turcos. 
Es la última fase “deconstruccionista” del occidente terminal. 
No falta mucho para que se diga que los derechos humanos fueron una creación de Hitler, Stalin y Fidel Castro y que el Corán es anterior al Antiguo Testamento y los errores que pudieron cometer se debieron al imperialismo..
Me temo que en adelante los genocidas serán simplemente los que como Israel tengan la osadía de defenderse.
Insisto: los genocidios del siglo XXI serán organizados por las Universidades en nombre de los derechos humanos según los ideólogos colaboracionistas que ya responden a la alianza entre los pardos- nazis-, los rojos- comunistas- pero cuya vanguardia son los integristas islámicos e Irán que a su vez luchan entre sí en el Líbano y en Iraq. 
Los cristianos en medio del fuego están demás, es imposible que puedan ejercer la función de pacificadores con el prójimo que no existe para estos locos de Dios. En Siria pueblos enteros han sido asesinados por los alquaedistas con el visto bueno de Obama y el silencio del buen Francisco. 
Ya entramos de lleno en el milagro infame: ¿los barbudos polígamos como guardianes de la paz?.
Vía libre para la matanza de civiles de todo lo que sea infiel y silencio o justificación de charlatanes del tipo del colaboracionista todo terreno, el chavo castro palestino Pedro Brieger que cita al fabulador Eric Hosbswam como autoridad histórica del siglo XX, ganador de varios premios en nuestro descerebrado país que cuanto más mitómano sea el discurso más lo aplaude y verdadero lo considera.




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