sábado, 22 de febrero de 2014

Sin sociedad de consumo no hay sociedad civil. Por Luis Thonis.

. No hay en Francia ninguna defensa de la libre empresa o el librecambio. Los liberales en sentido francés son una minoría casi inaudible. Predomina el dirigismo, el estatismo, el proteccionismo y un anarco capitalismo que encanta a sus intelectuales. Las analogías con la Argentina son evidentes, aunque aquí se trata de un país más bien feudal basado en polos extractivos que gira sobre un partido único, el PJ que es al mismo tiempo anárquico y corporativo y hace décadas está en el poder, el ejempo más evidente es la provincia de Buenos Aires y los corruptos gobernadores feudales de las provincias del Norte. 
Las dos economías están en franca involución desde hace décadas. Un intelectual liberal fue Jean Francois Revel que en los setenta escribió La tentación totalitaria:era una advertencia a los socialistas franceses fascinados por el Partido comunista que siempre tuvo como objetivo la abolición del sistema de partidos en función del partido único. Casi todo lo que predijo Revel sobre los regímenes totalitarios a la moda- Cuba, China, los países del Este- se fue cumpliendo inexorablemente. Sin embargo, a Revel no se lo lee ni en Francia ni en Argentina y se toma en serio a intelectuales que tienen en común ignorar que hay capitalismos sin democracias pero que no existe democracia alguna que no sea capitalista y hay diversos tipos de capitalismo, sin duda el peor es el argentino, prebendario y mafioso pero esto no se tiene en cuenta en la demonología en curso..

El repudio a la sociedad de consumo y al capitalismo es constante pero no saben de qué hablan. Lo he escuchado en boca de gente que gusta de la última moda y es fans de los viajes. La hipocrecía está naturalizada. Hablar en general contra el capitalismo sitúa a quien lo dice del lado del Bien. Está la intimidación de un medio cultural ignorante que aparece con sus etiquetas y sus clisés, casi todos tomados de pensdores de avant garde franceses. Corneilus Castoriadis- pensador de izquierda francés- en en los noventa escribió un libro capital, Ante la Guerra, donde compara a Estados Unidos y a la Unión Soviética. 
Los burócratas tuvieron todas las condiciones para fundar una sociedad de consumo pero no lo hicieron porque suponía una cuota de libertad a los ciudadanos y era contradictoria con el Gulag. 
Toda la industria soviética estaba en función del militarismo y la expansión indefinida.
Sin una sociedad de consumo no hay sociedad civil: la historia no ofrece un solo ejemplo. Sólo un intelectual superzombi como Eduardo Galeano puede comparar a un Macdonals con un gulag, .insultando a millones de víctimas.  Tampoco la historia ha mostrado una sola democracia que no sea capitalista. En los dinosaurios comunistas que todavía existen- Cuba, Zimbaube, Bielorrusia, Corea del Norte- las empresas no existen y sólo queda tierra arrasada, la represión de la elite del Partido, la escacez de los bienes fundamentales y largas colas.
La Declaración de los derechos de 1789 en Francia no es un texto demasiado claro como la constitución americana donde las garantías del individo preexisten al Estado que llegado el momento puede restringir esos derechos, por eso surgió Napoleón y hubo que pasar por sucesivas crisis para que De Gaulle fundara una república verdadera, que todavía está lejos de haberse consolidado. 
La constitución argentina de 1852 jurada en San Nicolás está en consonancia con la americana pero el mismo día que se juró Buenos Aires se separó de la Confederación para retener los aranceles de la Aduana  y siguió la guerra civil. 
Luego fue sucesivamente violada por militares y políticos hasta llegar a la situación actual donde ha sido convertida en un papelito por políticos e intelectuales para quienes Fidel Castro ha sido una referencia por décadas y Rosas es un héroe nacional.

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