lunes, 31 de marzo de 2014

Carta de Antonio G. Mendiondo sobre Literatura rusa de Laura Estrin



 Antonio González Mendiondo sobre Literatura Rusa de Laura Estrin. Marzo 2014.



Hola Lau! Pasé estos días con vos y tus rusos. ¡Genial! Me gustó mucho el libro, sobre todo tu manera de encarar la crítica, a los saltos, de acá para allá, buscando convertir la lectura en una experiencia y no en una serie de fórmulas o recetas académicas, esa cosa de que San Petersburgo se hace cubista por el frío y el hambre, de que los simbolistas dialogan con el siglo XX y hay que leerlos en continuidad con la historia rusa, no fraccionados por la vanguardia, ese frenesí por ir hilvanando episodios, textos, anécdotas, para armar un rompecabezas enorme y azaroso pero apasionante y sugestivo, que es como una serie de fotos colectivas imposibles de la vida rusa.  "El todo no es un todo ordenado", avisás ya avanzado el libro, pero no hace falta, porque ya se vio que cada página es una puerta a un mundo donde todo se mezcla y en donde no hay disciplina, aunque sí haya rigor, y si es necesario también precisión, incluso hasta fechas. Es como esa imagen de Eisenstein de los trenes, un aleph atestado de personas, palabras, acciones, o mejor como el teatro de Shklovski, donde entre arenques rancios y oficiales de la Cheka que hacen crítica literaria, todas las noches hay estreno y la sala se calefacciona con el aliento de los espectadores. También me gustó que quieras tanto a tus autores, es como si (paradójicamente) fueras su hermana mayor: afirmás su desamparo, su soledad, su insistencia, pero al mismo tiempo los compadecés y acompañás su padecimiento. Me gustó que los quieras y además que los respetes, o sea que interpretes pero al mismo tiempo los muestres, no como tantos otros egresados de Puán que parecen sentir pasión en sobreimprimirse en el texto que comentan, una variante bastante penosa de la ventriloquía. Por momentos algunas cosas me resultaron algo oscuras, supongo que básicamente debido a mi desconocimiento abrumador de la obra de esta buena gente, que por otro lado a partir de ahora me siento en la obligación de profundizar.  En ese sentido creo que sin duda tu libro cumple con creces su objetivo: señala y al mismo tiempo, sin ningún afán didáctico, por mero contagio, nos induce a querer conocer más sobre las aventuras literarias de estos personajes tan apasionados y enroscados, tan rusos en definitiva, supongo. Como detalle final dos cosas: por un lado me encanta que le arrebates Shklovski a los formalistas (trofeo de caza mayor, sin duda): y por otro lado me gustó mucho tu lectura de Tarkovski (vi todas sus películas en mi remota juventud cinéfila) y me causó gracia los palos que le das a la remake de Soderbergh, la verdad que en su momento a mí me había gustado bastante, al menos me había parecido digna, pero es verdad que hay varios diálogos asquerosamente retóricos que no recordaba, y que cuando te leía, pensaba "ni hablar, qué manera de subrayar al pedo". Bueno, nada más por hoy. Te mando un beso grande y gracias de nuevo por el libro! 

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